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"Ha habido negligencia del Gobierno surcoreano"

ENVIADO ESPECIAL"Hemos perdido mucho tiempo por culpa de la negligencia y la mala gestión del Gobierno. Si hubiera escuchado nuestros avisos, incluso hace sólo seis meses, la situación no sería tan grave y quizás no habríamos tenido que pedir auxilio al Fondo Monetario Internacional". Así lo cree Chung Mong Gyu , presidente de Hyundai Motors, la primera firma automovilística surcoreana, la joya del mayor conglomerado industrial del país, fundado hace tan sólo tres décadas.

Su padre es el patrón de patrones. Chung, que desempeña también la presidencia de la industria del automóvil de Corea del Sur, la quinta del mundo, tiene 35 años. A los 19 ya ocupaba un cargo de gestión. Ahora dirige a 45.000 empleados.

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El presidente de Huyndai Motors declara que su firma ha hecho mejor los deberes que el resto de las del sector (Daewoo, Kia, Ssangyong), aunque se verá también forzada a recortar salarios y plantilla. La única medida que ha tomado hasta la fecha es la eliminación de 35 puestos directivos. Otro de los grandes chaebol, Samsung, proyecta entrar en la industria automovilística en 1998. El volumen de ventas en el mercado automovilístico interior descendió en 1996 y 1997 y se teme que caiga dramáticamente durante los dos próximos años debido a la recesión.

"Es probable que el proceso de reajuste fuerce a que el sector del automóvil quede reducido a dos grandes empresas", señala Chung. "De momento, no tenemos previstas operaciones de compra. Dependerá del precio y de las condiciones", afirma.

En la factoría que Hyundai Motors tiene en Uslan, 300 kilómetros al sur de Seúl, el ritmo se ha reducido considerablemente desde bien entrado el año. Hay un exceso de producción de al menos 65.000 automóviles. La media ideal es de 45.000 semanales. Nadie se atreve a hablar de despidos en Uslan por temor a exacerbar las iras de los sindicatos, aunque fuentes externas afirman que se trabaja con la hipótesis de 5.000 despidos en los próximos tres años.

El presidente de la compañía no se muerde la lengua: "No es rentable para nosotros mantener los mismos sueldos cuando el número de horas ha disminuido de ocho a cuatro, y en algunos casos a dos. Una empresa no puede sobrevivir de ese modo. Hay que flexibilizar el despido".

Influido tal vez por su juventud más que por la filosofía paternalista confuciana, que garantiza el trabajo de por vida, Chung sostiene que el nuevo presidente de Corea del Sur debe aplicar sin más dilación la reforma laboral, sin esperar a que el despido libre entre en vigor en 1999 de acuerdo con una discutida ley aprobada por el Parlamento en febrero.

"No creo en las reservas de algunos de los candidatos a la presidencia de la república sobre el programa del FMI. Son sólo para consumo doméstico. El nuevo presidente cumplirá desde el principio las recomendaciones del programa, porque no tendrá más remedio que hacerlo", opina el joven gestor.

"Va a ser una receta muy dolorosa, pero a largo plazo significará un gran beneficio para el país", añade el presidente de Hyndai Motors, irritado por la negligencia de la burocracia al afrontar el problema del saneamiento de las instituciones financieras y por los abusos de algunos chaebol, que se han servido de los privilegios del poder.

"Los chaebol deberán acostumbrarse a la nueva realidad, les guste o no", sentencia el presidente de Hyundai Motors, al recalcar que el FMI recomienda a estos gigantes de origen familiar más transparencia y concentración en menos sectores.

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