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"No me siento demasiado bien", admite Yeltsin al votar en el sanatorio

"Agarré un dolor de garganta en algún sitio. Estoy un poco débil. En conjunto, no me siento demasiado bien". Un Borís Yeltsin vestido con pantalón azul y jersey granate cerrado, con el cuello morado de la camisa por fuera, admitía ayer en el sanatorio de Barvija, en el que está internado desde el pasado día 10, que ha sido víctima de "un virus normal, nada especial, el que circula estos días por Moscú". Así hablaba inmediatamente después de depositar su voto en los comicios a la Duma (Parlamento) de la capital en una habitación del sanatorio.

Éste se convirtió en improvisado colegio electoral para Borís Yeltsin y su mujer, Naína. El presidente ruso intentó incluso ironizar con una débil sonrisa crispada: "Yo soy un moscovita, así que agarré el virus. Eso demuestra que estoy en contacto con los moscovitas".La aparición pública de Yeltsin era obligada. De no hacerlo, los rumores de que su dolencia es más grave que esa "aguda infección viral respiratoria" de la que se informó oficialmente el pasado miércoles se habrían disparado. Aunque no por el hecho de que se le vea unos minutos y diga unas cuantas frases hay que dar por supuesto que el Kreml juega limpio. Existen demasiados precedentes de ocultaciones y mentiras, y ya se sabe que la palabra resfriado, que ahora también se utiliza, sirvió para calificar dos ataques de corazón en junio de 1996 y una pulmonía doble el pasado febrero.

Sin embargo, cuando menos, se ha demostrado que Yeltsin puede hablar. Todavía no se le había oído en público desde que fue internado. Las anteriores imágenes mostradas por televisión, en las que aparecía con el jefe de la administración presidencial, Valentín Yumáshev, no tenían sonido y, para colmo, se suspendió su habitual mensaje a la nación por radio de los viernes. Pero ayer Yeltsin habló, y aunque se le notó débil, al menos pareció el de siempre.

"Las cosas van bien. No hay necesidad de preocuparse por Rusia", aseguró. "Estoy siguiendo la situación todo el tiempo. También soy informado sobre las cuestiones de seguridad. En pocas palabras, todo está bajo control". De hacerle caso, trabaja cuatro horas diarias ("aunque con descansos"), y cada día sus ayudantes le llevan un buen montón de documentos ("al menos medio metro").

O sea, que el Kremlin está en Barvija, en un entorno mucho más sano y bucólico que el del centro de Moscú, pero, no menos gélido. Ayer amaneció un espléndido y soleado día de invierno, pero el termómetro no subió en ningún momento de los 19 grados bajo cero. Demasiados para que Yeltsin saliera a pasear sobre la nieve, como habían adelantado sus médicos. Éstos insisten en que la enfermedad del presidente evoluciona bien y en que su temperatura y su presión sanguínea son normales. Se prevé que el líder ruso abandone el sanatorio entré los días 20 y 22.

Tal vez la afirmación menos convincente que efectuó ayer Yeltsin fue la de que se pasó todo el sábado estudiando las biografías de los 13 candidatos a un escaño de diputado en la Duma de Moscú y de los 29 aspirantes a uno de los 11 puestos de la asamblea de su distrito. Pero al menos votó, algo que la mayoría de los casi siete millones de residentes de la capital con derecho al sufragio no hizo, hasta el punto de que, a lo largo de la jornada, hubo serias dudas de que se pudiera traspasar el umbral del 25% del censo necesario.

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El principal interés electoral se centraba en ver si los enemigos del actual alcalde, Yuri Luzhkov, lograban hacerse con el control de la Cámara, lo que permitiría que amargasen la existencia a quien ha convertido la capital en un trampolín desde el que lanzarse a la conquista de la presidencia el año 2000.

Los liberales de Yabloko, el partido que a nivel nacional lidera Grigori Yavlinski, y los grupos que hasta ahora dominaban una Cámara que jamás puso en apuros a Luzhkov, han unido sus fuerzas para frenar a los comunistas, cuyo movimiento se llama Mi Moscú. Un antiguo presidente de la Duma moscovita y actual miembro de la estatal, Nikolái Gonchar, encabeza otro bloque opuesto a Luzhkov.

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