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FÚTBOL 16ª JORNADA DE LIGA

Otro ejercicio de impotencia

El Deportivo es incapaz de vencer a una gris Real Sociedad

Xosé Hermida

Riazor es el estadio de la impotencia, un Gólgota por el que cada semana pasea su penosa cruz el Deportivo. Ayer, con un equipo muy mermado por las bajas, ofreció el espejismo dé una salida fulgurante, en la que acorraló a la Real y dio la impresión de estar dispuesto a resolver por la vía rápida. En cuanto los visitantes se encontraron con un gol que nunca habían buscado, el Deportivo regresó a sus problemas cotidianos: disfruta del balón, se afana por encerrar al adversario, pero todo queda en un puro esbozo de intenciones. De la Real Sociedad, incrustada entre los mejores del campeonato, lo mejor que se puede decir es que pasó inadvertida por A Coruña.Las circunstancias impusieron a Corral un equipo inusualmente repleto de españoles, especie en vías de extinción por Riazor. Sanciones, daños físicos y extemporáneas convocatorias de la selección brasileña engordaron la lista de ausencias coruñesas. El entrenador tuvo que sacar de la trastienda a futbolistas como Alfredo, Paco, Ramis o el joven Maikel, quienes, en contra de lo que se barruntaba, dieron al equipo un aire más vistoso y guerrillero.

El cabecilla de esta sublevación de los futbolistas nacionales no podía ser otro que Fran. Se puso ayer los galones y capitaneó la fulgurante irrupción en el partido de su equipo, que se lanzó al galope desde el saque inicial. El propio Fran remató la faena con un gran zurdazo a la escuadra que abrió el marcador en el minuto 9. Tan ansiosos parecían los españoles por reivindicar un lugar en el cosmopolitismo imperante en A Coruña, que comenzaron a ocurrir cosas tan impensables como las amenazadoras apariciones de Paco y Ramis en la boca de gol.

La Real estuvo fuera del partido durante media hora, sin más recurso s que la labor de zapa de Gómez en el corazón del rectángulo. Es el del austriaco Krauss un conjunto tan extremadamente correcto que hasta puede producir desagrado. Todo lo que hace resulta irreprochable, con el manual en la mano, pero acaba volviéndose inevitablemente prosaico.

Pero el Deportivo manchó en dos minutos su más que aceptable primera mitad. A Maikiel se le brindó la oportunidad de sentenciar en la recta final hacia el descanso. El muchacho se derritió en el mano a mano ante Alberto y en la jugada siguiente Gracia aprovechó un estupendo centro de Fuentes para hallar el gol que su equipo nunca había merecido.

A partir de ese momento, el Deportivo recuperó todas sus aprensiones. La segunda parte, fue un ejercicio tan voluntarioso como fútil: mucho empeño y casi ninguna idea.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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