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UNIDOS CONTRA ETA

Irún se vuelca en la despedida de Caso

Arropada por sus hijos y por un Irún más solidario que nunca, Juani Pérez Caballero despidió ayer a su marido. La viuda del concejal del PP José Luis Caso, asesinado el jueves por ETA, dio el último adiós a su esposo en el cementerio de Irún (Guipúzcoa) acompañada de medio centenar de familiares, amigos, el vicepresidente político y cinco ministros del Gobierno, así como otros dirigentes del PP. José María Aznar, en Luxemburgo, agradecía al Consejo Europeo su solidaridad con el pueblo español y su condena de s crímenes de ETA y anunciaba que hoy ajará a San Sebastián para reunirse con la familia del concejal asesinado y transmitir a todos los demócratas vascos un mensaje de seguridad, ánimo y confianza".

Durante veinte minutos el silencio que reinaba en el camposanto de Irún sólo se rompió por el llanto de los familiares de José Luis Caso. El sacerdote rezó un breve responso en la capilla del cementerio y después el féretro fue trasladado a hombros hasta un panteón sin nombre de la calle 4, unos metros más abajo de la tumba donde se encuentra enterrado el ertzaina de Irún Montxo Doral, otra víctima de ETA.A las siete de la tarde, la parroquia de la Sagrada Familia de Irún se quedó pequeña para albergar el dolor con el que Irún y los representantes políticos quisieron arropar a la familia del concejal Caso. El funeral se ofició en una parroquia humilde situada en la trasera de su domicilio y a escasos metros del bar Tranche, donde un etarra segó la vida de Caso el jueves. El lehendakari, José Antonio Ardanza, el vicepresidente Francisco Álvarez Cascos y siete ministros asistieron a la misa. En la iglesia sonó más fuerte que nunca "la paz esté con nosotros" que entonaron los cientos de personas que acudieron al funeral. Entre ellos estaban Maixus Rekalde, de Elkarri, Antonio Beristain, quien fue portavoz familiar durante el secuestro de Julio Iglesias Zamora, y el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, que fue recibido al grito de "¡fuera, fuera!".

El presidente del Gobierno, que participaba en Luxemburgo en la reunión del Consejo Europeo, se mostró especialmente satisfecho y agradecido por la solidaridad recibida la víspera por los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, quienes además de aprobar un comunicado sin precedentes, le expresaron personalmente su solidaridad por el asesinato de un representante democrático de su partido, informa José Miguel Larraya.

Aznar remarcó que el atentado no desviará ni un metro la trayectoria que se ha fijado el Gobierno en política antiterrorista. "Ya he dicho que quienes crean que con estos crímenes van a amedrentarnos, se equivocan". El presidente añadió que ése es uno de los objetivos de su visita a San Sebastián. "Voy a decir precisamente eso. A reunirme con una familia, y a hablar con todos los que quieran acercarse a escucharme. No va a cambiar la voluntad del Gobierno y mucho menos la mía. Con toda claridad lo digo aquí y lo diré en San Sebastián".

"Prudencia y discreción"

El presidente pidió a todos "prudencia, discreción y sentido común" en sus declaraciones públicas; "para que nos ayudemos unos a, otros en la lucha antiterrorista", dijo. Una lucha que, subrayó, será ganada sin duda por la democracia. Aznar no quiso comentar las medidas de seguridad que van a adoptar los cargos electos del PP en el País Vasco ante la amenaza de ETA."Sin duda, hoy el PP es un objetivo prioritario de ETA, pero antes lo han sido otros partidos. El mensaje que quiero llevar a San Sebastián no es sólo para los compañeros de mi partido, sino es para todos los demócratas".

Por la mañana, al sepelio de José Luis Caso acudieron el vicepresidente del Gobierno Francisco Álvarez Cascos; los ministros Margarita Mariscal de Gante, Loyola de Palacio, José Manuel Romay Beccaría, Eduardo Serra e Isabel Tocino, y los presidentes del Congreso y el Senado, Federico Trillo y José Ignacio Barrero. Cascos portaba un ramo de flores con la bandera de España que depositó sobre las coronas, enviadas de diversas asociaciones y partidos políticos, que cubrieron la tumba de José Luis Caso. La viuda abandonó el cementerio sin poder ocultar las lágrimas que cubrían su rostro.

A escasos metros del panteón en el que quedó enterrada la última víctima de ETA, Cascos glosó la figura de su compañero de partido, militante del PP desde su fundación, y dijo de él que era "un hombre tolerante y demócrata". El vicepresidente recordó a los asesinos de Caso que "jamás en la historia podrán encontrar un solo ejemplo, y no lo van a conseguir aquí por primera vez, en el que los que aplauden o provocan la tragedia de las pistolas, de las muertes y del dolor se hayan impuesto a los que defienden las libertades".

Cascos, como Aznar en Luxemburgo, advirtió al mundo de ETA que el Gobierno no cederá a sus chantajes y expresó el compromiso" del PP para "seguir defendiendo, aunque sea con lágrimas y con inmenso dolor, las libertades de este pueblo y de España".

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