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El Gobierno francés pone en marcha la ley para la semana laboral de 35 horas

El Consejo de Ministros francés aprobó ayer el proyecto de ley que implantará la semana laboral de 35 horas desde enero del año 2000 en las empresas de más 20 trabajadores y dos años más tarde en el resto. Mientras la patronal intensifica su campaña en contra, el Gobierno de la izquierda plural abre, con esta decisión, un plazo de escasamente un mes para la negociación, antes de que el texto sea aprobado por la Asamblea.

Las 35 horas semanales, uno de los ejes del programa de gobierno soclalista, tiene el efecto de reagrupar al conjunto de la izquierda francesa y abrir algunas grietas en las filas de la oposición conservadora. Su aprobación puede darse por segura, aunque no faltan voces de la mayoría parlamentaria que se lamentan de las concesiones a la patronal, particularmente por la posibilidad, admitida, de contabilizar las 35 horas semanales en un cómputo anual.Si hay que hacer caso a las encuestas encargadas por la propia CNPF (la Confederación Nacional de Patrones de Francia, que se retiró airada de la Conferencia de Empleo al comprobar que el Ejecutivo no renunciaba a la implantación por ley de las 35 horas), el 85% de los empresarios son hostiles a la futura norma" frente a un amplia mayoría de los trabajadores.

Otras encuestas, igualmente recientes, apuntan que el 67% de los franceses está dispuesto a aceptar la correspondiente reducción salarial, siempre. que la disminución de cuatro horas de la actual jornada laboral se traduzca efectivamente en creación de nuevos empleos. Los trabajadores del sector privado, el más directamente afectado por el proyecto de ley, están más dispuestos a la rebaja salarial que los funcionarios.

Otro dato igualmente significativo es que el 58% se muestra favorable a que se congele su sueldo hasta el año 2002 si con ello se consigue reducir drásticamente el número de parados. Éste es un punto crucial, toda vez que el proyecto de ley propone que en las posteriores negociaciones empresa por empresa se llegue al acuerdo de no descontar del salario las cuatro horas semanales que se trabajarán de menos y que a cambio los sindicatos acepten "un aumento controlado" de las remuneraciones.

La ofensiva patronal y de parte de la derecha está llevando estos días a la ministra de Empleo Martine Aubry, número dos del Ejecutivo, a emplearse a fondo en la defensa de su proyecto. Ayer, a la salida del Consejo de Ministros, en un acto reflejo significativo de esta actitud defensiva, Aubry desafió a la derecha a presentar su alternativa de lucha contra el paro. El propio presidente de la República, Jacques Chirac, no dejó pasar la ocasión para reiterar su ya conocida crítica a las 35 horas semanales que, expresada en la reciente cumbre europea de Luxemburgo sobre el empleo, provocó el primer incidente oficial de la cohabitación forzosa con el primer ministro socialista.

"No creo que este proyecto vaya a beneficiar al empleo teniendo en cuenta su carácter obligatorio", dijo el presidente de la República. Jospin no entró ayer al trapo. Se limitó a indicar que las 35 horas "era una medida esperada y anunciada que será llevada a la práctica".

Los principales elementos del proyecto de ley del Gobierno francés son los siguientes:

La duración de la jornada semanal será de 35 horas desde el 1 de enero del 2000 en las empresas de más de 20 trabajadores y desde el 1 de enero del 2002 en las de menos de 20 empleados. La jornada podrá ser superior, pero en ese caso las empresas estarán obligadas a pagar como extraordinarias, con un encarecimiento mínimo del 25%, las horas que excedan de 35.

Todas las empresas están invitadas a negociar la aplicación de la reducción de jornada, que puede hacerse recurriendo a un cómputo anual, siempre que desemboque en la creacion de empleo.

Habrá ayudas para las empresas que reduzcan un 10% su jornada laboral y aumenten un 6% su plantilla. Por cada nuevo trabajador, recibirán 9.000 francos (225.000 pesetas) en 1998. La ayuda irá disminuyendo anualmente en 25.000 pesetas. Las empresas que reduzcan un 15% la jornada laboral y aumenten su plantilla un9% dispondrán de una ayuda de 13.000 francos (325.000 pesetas) anuales por cada nuevo contrato.

Las horas extraordinarias en las empresas de más de 10 empleados no podrán superar las 130 anuales y deben ser compensadas con un descanso equivalente al 50% de las horas trabajadas a partir de la hora número 41.

Las cotizaciones sociales que soportan las empresas se reducirán un 30% en los nuevos contratos.

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