Yeltsin vuelve a corregir una de sus iniciativas políticas
El presidente ruso, Borís Yeltsin, va perdiendo incluso su capacidad de sorprender. Después de que sus ministros o portavoces matizasen noticias espectaculares como que Rusia iba a firmar el tratado antiminas, desactivar las armas nucleares que apuntan a Occidente o reducir unilateralmente el arsenal atómico o las Fuerzas Armadas, hay que contar hasta 100 antes de empezar a dar crédito a lo que dice el líder del Kremlin.Ayer le tocó el turno al anuncio de juicio público a su Gobierno en el que, con la prensa por testigo, iba a exigir a todos sus ministros que le rindieran cuentas del catastrófico estado de las finanzas del Estado y los atrasos de varios meses a millones de trabajadores. Aquellos que no pasaran el examen, amenazó, verían rodar sus cabezas. La gente se lo creyó, empezando por los propios ministros, que prepararon su defensa entre sudores fríos. Ayer, nuevamente, el portavoz presidencial, Serguéi Yastrzhembski, anunció que la sesión de psicodrama se pospone, "digamos hasta enero".
El primer ministro, Víktor Chernomirdin, no obstante, viajó a Siberia para intentar descubrir el secreto de tanta catástrofe reciente: una explosión en una mina que causa 67 muertos en Novokuznestk y un avión militar que se estrella contra una zona residencial en lrkutsk.
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