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LOS EFECTOS DEL TEMPORAL

El hielo convirtió en trampas para miles de vehículos la N-III y la N-IV

Jan Martínez Ahrens

Los últimos coletazos del temporal de nieve y hielo dejaron ayer congelado el tráfico en las carreteras de Valencia (N-III) y de Andalucía (N-IV). Las pésimas condiciones del asfalto (con continuas placas de hielo), la salida masiva por el puente de la Inmaculada Concepción (pese a los avisos que lo desaconsejaban, especialmente a los camiones) y los cortes de circulación en Cuenca y Toledo convirtieron ambas carreteras nacionales en auténticas ratoneras, jalonadas de retenciones de hasta 20 kilómetros. Este colapso, que se redujo a primera hora de la noche, fue un reflejo más de una jornada en la que la nieve, pese a su ausencia, siguió dirigiendo el tráfico.Como reconoció el Instituto Nacional de Meteorología, la nevada caída la noche del jueves al viernes no fue especialmente intensa (10 litros por metro cuadrado). Sin embargo, bastó para sumir a la región en un marasmo pocas veces visto a tan sólo 50 kilómetros de la capital de España. Esa noche larga, miles de viajeros quedaron atrapados en la zona del sureste, en la maraña de vías comarcales, en la N-III y en la N-IV De ellos, 2.200 tuvieron que ser evacuados ante el peligro que representaba su inmovilidad bajo el temporal.

La reacción ante esta situación fue fulminante. La Dirección General de Protección Ciudadana, que coordinó la lucha contra el temporal, activó esa misma madrugada el primer nivel de alarma ante inclemencias invernales, puso en acción a más de 230 bomberos de la Comunidad y recabó apoyo de la Guardia Civil (700 agentes), de los servicios de Protección Civil, de la Dirección General de Tráfico, de la Consejería de Obras Públicas, de la Cruz Roja y del Ministerio de Fomento. En total, 1.700 efectivos, apoyados por ocho helicópteros, 22 máquinas quitanieves (cuatro se bajaron de Navacerrada) y un centenar de toneladas de sal, que se distribuyeron en tres depósitos (Alcalá, Móstoles y Arganda).

El resultado de este despliegue fue considerado "excelente" por la Comunidad. "Hemos demostrado nuestra capacidad para volcar una ingente cantidad de recursos en muy poco tiempo. No ha habido heridos ni desgracias", recalcó el director general de Protección Ciudadana, Luis Mallo. Muchos conductores atrapados por la ventisca mantenían una opinión diferente. "Lo ocurrido es tercermundista, no entiendo cómo por un poco de nieve se viene todo abajo y me han de sacar del coche. Yo lo que quiero es que quiten el hielo, que tampoco es tan difícil", decía ayer un conductor rescatado.

'Gabinete de crisis'

Protección Ciudadana mantiene el estado de alerta en toda la región tras el temporal

Esta labor de rescate fue destacada por el consejero de Presidencia, Jesús Pedroche, como una de las tareas más importantes realizadas en esa "noche larga e intensa". Pedroche, que llevó la dirección de la lucha contra el temporal, calificó lo ocurrido de "extraordinario". "Pero no hemos de ser alarmistas, no ha habido heridos ni víctimas", añadió el consejero de Presidencia tras la primera reunión de la llamada Comisión de Seguimiento del Plan de Inclemencias. En este gabinete de crisis, que se reunió ayer tres veces, participaron el presidente regional, Alberto Ruiz-Gallardón; el delegado del Gobierno, Pedro Núñez Morgades, así como representantes del Instituto Nacional de Meteorología, del Ministerio de Fomento, de la Guardia Civil, de las consejerías de Salud y Obras Públicas, de la Dirección General de Tráfico y hasta del Cuartel General del Ejército. Todos ellos analizaron la situación creada por el temporal. La primera medida fue el mantenimiento para hoy del nivel de alarma 1. Esta declaración implica que la lucha contra la nieve y el hielo pasa de los ayuntamientos a la Dirección General de Protección Ciudadana, de forma que este organismo autonómico se encarga de dirigir los recursos municipales, además de aportar los suyos.Otra medida adoptada por la Comisión de Seguimiento fue la apertura de tres residencia regionales (Arganda, Alcalá y Aranjuez) para dar cobijo a indigentes. También se acordó enviar a funcionarios de la Consejería de Servicios Sociales y de los ayuntamientos a los poblados chabolistas de San Fernando de Henares, Rivas, Móstoles y Boadilla. El objetivo de esta misión era ofrecer alojamiento a los habitantes de las infraviviendas. Sólo un puñado aceptó la invitación.

"No podemos bajar la guardia, porque la previsión apunta a que las temperaturas vuelvan a bajar esta noche, por lo que no se puede descartar que nos encontremos con nuevos problemas", explicó Luis Mallo. Pese a estas declaraciones, el propio Mallo consideraba poco probable que la N-III y la N-IV sufriesen hoy otro atasco.

La reapertura de la N-IV, que fue cortada a última hora de la noche del jueves a la altura de Aranjuez, llegó a mediodía de ayer; es decir, tras 12 horas de caos circulatorio. En esta carretera, el problema no fue tanto el hielo como los camiones que se habían quedado cruzados y que, para asombro de los conductores, tardaron toda una noche y media mañana en ser retirados definitivamente. "Hubo momentos de apertura parcial pero luego el hielo regresaba y otra vez se cruzaban los camiones. Ha sido un proceso muy difícil", explicó un representante de la Dirección General de Tráfico.

En la N-III, asimismo, la limpieza del asfalto discurrió con extrema lentitud y hasta primera hora de la tarde de ayer no fue posible la circulación. El trayecto, de todos modos, se convertía en una trampa cuando se abandonaba la región. Al conductor que escogía esta vía le aguardaban los cortes de Saelices y Tarancón (Cuenca). El resultado fue un atasco continuo en los límites de la región. Otro tanto ocurrió con las carreteras secundarias del sureste, donde la vuelta a la normalidad sólo se completó tras una jornada de trabajo de los efectivos de la Comunidad y Fomento. De este modo, si al principio de la mañana era obligatorio el uso de cadenas en las comarcales de esta zona, por la tarde, y tras la acción combinada de siete máquinas quitanieves, quedaron en su mayoría despejadas, aunque con algunas placas de hielo.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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