Cárdenas promete arrebatar la capital mexicana a los grupos criminales

Cuauhtémoc Cárdenas, dirigente del centroizquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), asumió ayer la jefatura del Gobierno de Ciudad de México con una firme promesa: en tres años arrebatará la capital a los delincuentes que se han apoderado de sus calles. En una ceremonia histórica, el líder opositor se convirtió en el primer regente (alcalde) de la capital elegido en las urnas. Históricos son también, además de la criminalidad, los niveles de contaminación, endeudamiento y marginación que se abaten sobre esta megalópolis.

El acto tuvo un padrino de excepción: el presidente de México, Ernesto Zedillo. Fueron precisamente las reformas auspiciadas por el actual Gabinete las que condujeron a las elecciones del pasado 6 de julio, que dotaron a los ocho millones y medio de habitantes de la capital de ciudadanía política. Hasta entonces, Ciudad de México era, por su condición de sede del Gobierno federal, coto del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que rige los destinos de este país desde 1929. El nombramiento de las autoridades dependía directamente del presidente.A partir de julio, la ciudad se tiñó de amarillo, el color de la bandera del PRD, fundado en 1987 por varios ex priístas, encabezados por Cárdenas, quien consiguió el 47% de los votos, mientras su partido se hizo con la mayoría absoluta en la Asamblea Legislativa local.

Los problemas de la capital son muchos. Para empezar, los ocho millones y medio de habitantes del Distrito Federal se convierten en 17 millones al sumarse el área metropolitana, que depende política y administrativamente del vecino Estado de México. Y a partir de ahí todas los indicadores se desbocan: la contaminación, la carencia de viviendas e infraestructuras, la deuda pública, que llega a los 240.000 millones de pesetas, la pobreza, que se ha disparado tras la crisis económica de 1994...

Con todo, es sin duda la criminalidad rampante lo que obsesiona a sus habitantes. Según cálculos de la patronal, la delincuencia ha crecido un 86% en los últimos tres años. Cada día se cometen 1.500 delitos. Unas 700 bandas campan por sus respetos, alentadas por la corrupción policial y la impunidad. La situación a llegado a tal extremo que el residente Zedillo anunció el miércoles una "cruzada nacional" contra la violencia.