La Bolsa de Tokio sufre una caída del 1,92% tras el leve aumento del PIB
El Gobierno japonés se aferró al aumento de un 0,8% del producto interior bruto (PIB) del tercer trimestre, hecho público ayer, para tratar de calmar los ánimos de los agentes económicos japoneses. Sin embargo, donde la Agencia de Planificación Económica (APE) interpreta que la economía permanece estancada, el sector privado cree que se ha entrado en una fase de clara recesión de la que ninguna promesa más, sólo una reforma estructural completa, pueden sacar a Japón. La Bolsa de Tokio lo tomó de mala gana y perdió el 1,92%, tras las recuperaciones de días anteriores.El viceministro de la agencia gubernamental, Shimpei Nukaya, señaló en conferencia de prensa que "es difícil que alcancemos el crecimiento del 1,9% previsto para este año fiscal", que concluirá el 31 de marzo. Las causas del débil avance de la economía nipona entre julio y septiembre se encuentran en una recuperación del consumo privado, que se había enfriado como consecuencia del aumento en dos puntos (del 3% al 5%) del impuesto de consumo nipón el pasado 1 de abril. Otro factor favorable para el repunte ha sido el saludable estado de las exportaciones, impulsadas, además, por la debilidad del yen frente al dólar.
Denconfianza inversora
Algunos economistas del sector privado han comenzado a predecir que habrá crecimiento cero o negativo para Japón en 1997 como consecuencia de la desconfianza de los inversores en el dinamismo de la economía. Kazutoshi Aratake, del Centro de Investigación Nikko, indicó que "el colapso de las grandes compañías, las depreciaciones de sus acciones, y la preocupación de la gente por el aumento del desempleo va a impedir que siga creciendo el consumo privado el próximo trimestre".También se supo ayer en una encuesta del banco gubernamental Shoko Chukin a los directivos de empresas niponas que la confianza de éstas en la situación económica de Japón se encuentra es la más baja de los últimos cinco años. Estas industrias dependen de contratos que trazan con otras mayores en varios sectores industriales, en especial los de automóviles, maquinaria y servicios, y por lo que la carestía de créditos para sus socios enfría sus actividades.
El ministro de Economía, Hiroshi Mitsuzuka calificó la subida del 0,8% del PIB (+3,1% sobre igual trimestre de 1996) como "una señal brillante" para la economía nipona, el mismo día en que su ministerio extendía la prohibición que pesa sobre la agencia de valores Sanyo Securities, quebrada en noviembre.
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