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El superviviente del 98

Un valioso cuadro del último virrey de Cuba se salva del derrumbe de Limón ,13

¡Por favor, salven el cuadro, es muy valioso!". Un joven, vecino de la calle del Conde Duque, gritaba como un descosido a los operarios de la grúa que el pasado viernes trabajaban entre los escombros del edificio que pocas horas antes se había desplomado en el número 13 de la vecina calle del Limón, matando a una de las ancianas que allí vivían.El enorme retrato de Juan José Moreno-Palancas Intillac, último gobernador de España en Cuba, clavado en uno de los muros maestros de la casa derrumbada, desafiaba a los mirones desde las alturas. "¡Es el último superviviente del 98!", exclama con penosa ironía Amalia Roales-Nieto, de 69 años, inquilina de lo que fue el 4º izquierda y dueña de la pintura rescatada. "Estoy muy agradecida al operario de la grúa que lo salvó, poniendo en riesgo su vida. Todo lo demás lo he perdido", dice.

Vestida con un poncho y unos zapatos blancos de tacón, esta profesora jubilada de la Facultad de Filosofía y Letras de la Complutense, casada y sin hijos, comprueba con sus manos los desperfectos que ha sufrido el cuadro en el que está inmortalizado su bisabuelo, muy querido para ella. Cuenta que su antepasado fue un diplomático al servicio del rey de España y que además de gobernador de Cuba -"con título de virrey", aclara- ocupó otros importantes cargos en la isla caribeña. "Conservo una carta manuscrita en la que le recuerda al rey Alfonso XII que ya lleva 23 años como alcalde de La Habana".

Por detrás del retrato aparece la fecha en la que fue pintado, 1892, y está ambientado, según Amalia, en el despacho que el diplomático ocupaba en el Ministerio de Exteriores. Luce dos condecoraciones, una del zar de Rusia y otra de Carlos III. "Tengo el documento en ruso firmado por el zar, en el que agradece a mi bisabuelo los servicios prestados, pero no explica cuáles fueron".

"El Museo Romántico de Madrid me ha hecho varias ofertas para que les vendiera el marco que lleva usualmente por tres millones de pesetas", afirma. "Pero yo nunca he querido deshacerme de él. Cuando muera, pasará al Ayuntamiento de Moral de Calatrava (Ciudad Real), el pueblo donde nació mi bisabuelo y donde se le tiene un gran aprecio".

En realidad, el mérito de que el cuadro se haya salvado es de su padre. "Cuando nos vinimos a la calle del Limón a vivir, hace más de medio siglo, mi padre lo colocó en la pared maestra y bien agarrado con palomillas en la pared y en el suelo; pesaba mucho y temía que se cayera. ¡Y mira si acertó!".

El desastre, no de la guerra de Cuba, sino de la calle del Limón, se ha llevado otros 40 cuadros de Amalia: "Tenía, entre otros, cuatro apóstoles de la escuela de Ribera; un óleo del siglo XII de grandes dimensiones; un San Antonio de la escuela italiana, y otros objetos de gran valor, como una colección de sellos que hace 30 años fue tasada en ocho millones de pesetas; y una pianola que atravesó el canal de la Mancha antes de la guerra de 1914, ¡mira si es antigua!, y libros, colecciones de discos... Si es que mi casa era un museo", se lamenta.

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"La gente se extraña de que no tuviera los bienes asegurados, pero ninguna empresa se arriesgaba al comprobar el mal estado de la casa", explica.

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