Fraga afronta su tercera investidura con la oposición dividida y enfrentada

Reforzado por su apabullante victoria electoral del pasado 19 de octubre, Manuel Fraga (PP) afronta a partir de hoy el proceso parlamentario para su tercera investidura como presidente de la Xunta. El debate será un simple trámite para Fraga, quien además de contar con una cómoda mayoría absoluta -42 de los 75 diputados- se mide a una oposición dividida, más ocupada en sus querellas internas que en articular una alternativa al Gobierno del PP.

El duelo dialéctico entre Fraga y el nacionalista Xosé Manuel Beiras, que se estrena como líder de la oposición, acapara el interés de un lance parlamentario en el que no cabe esperar sorpresas.

Armado de una montaña de papeles, según su costumbre, Fraga comparecerá en la Cámara autonómica dispuesto a despachar el ritual cuanto antes y ultimar los preparativos para su fastuosa toma de posesión, en la que pretende rodearse de 5.000 gaiteiros, la mayor concentración de esos músicos que se haya visto nunca en cualquier parte del mundo. El presidente de la Xunta rehúye durante todo el año la confrontación parlamentaria y sus presencias en la tribuna se limitan a ocasiones solemnes.

Fraga leerá un prolijo discurso de 120 folios, en el que se esperan algunos compromisos sobre planes para crear empleo y mejorar la conexión ferroviaria de Galicia con la Meseta. A tono con los tiempos que corren en Europa, el PP gallego ha anunciado que la creación de puestos de trabajo es su objetivo preferente para los próximos cuatro años. En los últimos días ya se han iniciado los contactos previos con empresarios y sindicatos a fin de abrir una negociación de la que se pretende extraer un pacto social a escala autonómica.

Beiras, en primera línea

Concluido el discurso de Fraga, la sesión se aplazará hasta el miércoles, cuando los grupos de la oposición replicarán al programa del PP antes de que se vote la investidura del jefe de Gobierno. Nunca hasta ahora Beiras había tenido ocasión de medirse en primera línea a su acérrimo adversario. Pero las elecciones autonómicas convirtieron al Bloque Nacionalista Galego (BNG) en la segunda fuerza política, por delante del PSOE y, en este nuevo contexto, el debate de investidura servirá para que Beiras muestre cuál será el tono de su oposición a Fraga en los próximos cuatro años. Consciente de las nuevas posibilidades que se le han abierto, el BNG parece decidido a adoptar un discurso más instItucional, sin tanta virulencia dialéctica como antaño.Por si no fuese lo bastante amplia la mayoría absoluta, Fraga también cuenta a su favor con las rencillas que se han abierto en los últimos días entre BNG, PSOE y Esquerda Unida-Esquerda Galega (EU-EG), cuyos dos diputados conforman el nuevo Grupo Mixto. Los socialistas están indignados con Beiras, al que acusan de haber pactado con el PP la táctica de la pinza para reducir la presencia del PSOE en los órganos parlamentarios. El BNG argumenta que el PSOE es víctima de sus propios actos, en este caso la coalición con EU-EG, formada para concurrir a las elecciones pero con el propósito de separarse, como así ha ocurrido, una vez constituida la Cámara.