'Rhythm'n'blues' de salón
Un solo clamor invadía las gargantas de los cuellos que se elevaban para tratar de ver algo del concierto: ¿Para cuándo Madrid va a ser una ciudad normal y a tener salas de conciertos de diversos aforos? La pregunta era a todas luces justa y necesaria, dadas las 2.500 pesetas que costaba la entrada.Atendiendo a los aspectos meramente artísticos de la velada, el cuarteto de Birmingham -reforzado con un teclista para la gira- planteó uno de los mejores conciertos de cuantos ha ofrecido en nuestro país; un montón ya. Lástima que el cantante, Simon Fowler, hubiera estado de marcha las noches anteriores y su garganta se resintiera de forma evidente. Si no, la jugada habría sido ya completa. La banda comenzó atacando tres temas de su segundo álbum, Marchin' Already, y enseguida se notó que el sonido iba a acompañar. La rotundidad de una base rítmica que jamás pierde el paso, la solidez de una guitarra tremendamente personal y la emocionante voz de Simon son en sí mismos argumentos suficientes para que Ocean Colour Scene le pegue una pasada a sus mentores Oasis. Pero es que aparte están unas excelentes canciones, que eran ampliamente coreadas por el público que atiborraba el local. Lining your pockets, la tribal Riverboat song o 100 mile high city son buenas muestras de rhythm'n'blues de salón
Ocean Colour Seene
Simon Fowler (voz y guitarra acústica), Steve Cradock (guitarra), Oscar Harrison (batería) y Damon Minchella (bajo). Discoteca Arena. 2.500 pesetas. Madrid, miércoles 26 de noviembre.