A media voz

La escena del jazz instrumental de los primeros años sesenta podía presumir de mentes fértiles y originales, pero le faltaba una voz de similar nivel creativo. Jeanne Lee vino a llenar el vacío con un estilo tan original y fresco que no se recordaba nada parecido desde Sarah Vaughan. Pero a la recién llegada no le iba el boato de las divas y prefirió grabar a fuego su ideario musical en un disco a dúo con el soberbio pianista Ran Blake: The newest sound around, todo un clásico del jazz vocal underground, descubría sus secretos pausadamente y a media voz, con una placidez rara en tiempos de reivindicaciones airadas.A 36 años vista de aquel testimonio lúcido Y futurista, la cantante no ha variado un ápice sus planteamientos. Conserva su fraseo elegante, su dicción inmaculada y su lirismo sobrio. En los últimos años ha visitado España regularmente con un repertorio basado en piezas favoritas, pero jamás se le ha escuchado darles una solución hueca o rutinaria. Su voz, mate y sensual como una duna en perpetuo movimiento, tiene la virtud de encontrar nuevos significados a palabras mil veces pronunciadas. En el Café Central, acompañada con todo lujo de detalles por el estupendo Milestone Trio, frecuenta la obra de Thelonious Monk y alterna clásicos norteamericanos -con piezas adoptadas en sus largas estancias en Europa. Música sin compromisos que perfila el talante expresivo de una de las cantantes más imaginativas del último cuarto de siglo. Antes de adorar a aventajadísimas alumnas como Cassandra Wilson, conviene conocer a fondo a maestras como Jeanne Lee.