La mafia rusa se ha introducido en más 40 países, incluida España
Si VIadímir Vasíliev, viceministro del Interior, intentaba ayer deshacer el supuesto mito de la penetración de la mafia rusa en el extranjero, le salió el tiro por la culata. Porque mas que su afirmación de que el crimen organizado no supone una amenaza directa para otros países, lo que más llamó la atención de cuanto dijo fue su reconocimiento de que se ha infiltrado en más de 40 países, aparte los de la antigua Unión Soviética. Unos 400 grupos actúan fuera de Rusia.De las cenizas de la URSS, y al abrigo de una transición salvaje del capitalismo al comunismo, los grupos criminales han proliferado como hongos. El propio Vasíliev admitió ayer que estos ejércitos tienen hasta 80.000 soldados y constituyen la amenaza número uno para Rusia. Al viceministro le interesaba mucho dejar constancia de que desde el Gobierno se ha lanzado una lucha sin cuartel contra la mafia y que ésta se ve coronada muchas veces por el éxito: 14.000 procesamientos en los 10 primeros meses de este año.
Puso el ejemplo de un diputado del Parlamento de la región de Cheliabinsk quien, ayudado por antiguos policías y miembros del Servicio Federal de Seguridad, se hizo con el monopolio de la producción de vodka. El grupo, añadió Vasíliev, logró evadir más de 350 millones de pesetas al extranjero, fundamentalmente a España, donde efectuó inversiones multimillonarias en el mercado inmobiliario. La presencia rusa es especialmente visible en la alicantina Costa Blanca.
Pese a ello, el viceministro señaló que "los criminales rusos no constituyen ninguna amenaza para la seguridad nacional de otros países". Era una respuesta implícita a las declaraciones sobre las mafias rusas que efectuó en octubre el director del FBI.
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