Barbara, la 'dama de negro' de la canción francesa, fallece a los 67 años
La cantante actuó por última vez ante el público en 1994
Barbara, la dama de negro de la canción francesa, ha muerto. Tenía 67 años y no había vuelto a cantar en público desde hacía tres. Su último disco, sobriamente titulado con su nombre artístico -en realidad se llamaba Monique Serf y había nacido en París en 1930-, apareció en 1996, y en él evocaba a quienes morían del sida "como ángeles que se desdoblan, que se despliegan, desapareciendo detrás de las puertas".
Aunque la canción que la hizo mundialmente célebre, L'aigle noir (El águila negra), la grabó en 1970, su carrera como intérprete había comenzado mucho antes, apenas acabada la II Guerra Mundial, cuando una Barbara apenas salida de la adolescencia se embarca como corista de la opereta Violettes impériales. En 1949 trabaja en un cabaré famoso, en la Fontaine des Quatre Saisons, propiedad de Pierre Prévert, en el que actúan Mouloudji y Boris Vian. Ella se limita a lavar los platos. En 1950 se instala durante dos años en Bruselas y allí abre un cabaré-teatro.Su formación clásica, adquirida en el Conservatorio de París, le sirvió para ser su mejor acompañante en el piano. En esa época canta temas de desconocidos: Aznavour, Brassens, Modugno, Ferré, Moustaki. Su primer contrato en París le llega en 1952 y el primer disco, en 1957. En esa época es una "cantante de medianoche" que tiene un pequeño pero muy adicto grupo de admiradores. En 1959 escribe Dis quand reviadras-tu? y en 1961 se enfrenta por primera vez a una gran sala, el Bobino. Dos años después graba su primer disco largo, con arreglos de Michel Portal, y en 1964 Georges Brassens la invita a cantar en la primera parte de sus recitales. En ese momento compone Ma plus belle histoire d'amour, c'est vous, una formidable declaración de amor hecha al público.
Desde 1973 vivía en un pueblecito cerca de París, en Précysur-Marne, en una casa con un gran jardín, acompañada de árboles, gatos, perros y su inseparable piano. Si en 1981 le dedicó Regarde al victorioso François Mitterrand, Barbara nunca fue una artista de partido. Ella había cantado Le mal de vivre, que explica mejor que ninguna otra la explosión del Mayo del 68; había adoptado Lily porque le parecía "la más hermosa canción antirracista", o habia evocado los paisajes de la nostalgia y el dolor en Nantes y Göttingen. En los últimos años, desde 1987, se había implicado personalmente en la lucha contra el sida y llevaba una auténtica, muy activa y discreta vida de militante contra la enfermedad.En 1993 cantó por última vez en París, en el Châtelet, pero, ya enferma, tuvo que suspender varios recitales, y en 1994 actuó en Tours por última vez ante el público. En el disco de 1996 su voz aparecía disminuida, pero su talento para hablar de los, sentimientos con una peculiar y exacta mezcla de pudor y atrevimiento seguía ahí.Bárbara murió en el Hospital Americano de Neuilly la noche del domingo al lunes. En la actualidad estaba escribiendo su autobiografía. El primer ministro francés, Lionel Jospin, se ha declarado "profundamente afectado" por esa desaparición, pues "su voz era tan singular, sus textos tan exigentes, su personalidad tan original, que nada parecía favorecer su éxito como la cantante popular que ha sido. Además, era una mujer que sabía lo que era sufrir y que era sensible al dolor del otro".
Babelia
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