Trastos para la esperanza
El Rastrllo de Nuevo Futuro abre sus puertas a la solidaridad en la Casa de Campo
El Rastrillo 97 abrió ayer sus puertas a la esperanza, como todos los años desde hace 29, para convertir los 8.000 metros del pabellón de La Pipa del recinto ferial de la Casa de Campo, ofrecido gratuitamente por el Ayuntamiento de Madrid, en un despliegue de 60 puestos que venden desde trastos a tesoros con el fin de recoger fondos de solidaridad destinados a los niños y niñas sin hogar. Hay cosas para todos los gustos y bolsillos: antigüedades, cuadros, juguetes, bisutería, libros, toallas, maquillaje, flores y productos agrícolas.El Rastrillo es una iniciativa de la asociación Nuevo Futuro, fundada en 1968 para crear hogares destinados a los menores sin familia. Actualmente, la asociación tiene 142 pisos repartidos por todo el territorio español. Pina Ferrari, miembro del comité de Nuevo Futuro, asegura que desde hace 29 años procura que
los pequeños huéspedes de las casas crezcan, maduren y se independicen como los niños más afortunados". La asociación patrocinadora del Rastrillo espera, con las ventas de este colorista mercado, aumentar el número de hogares, considerados la solución ideal para la plena integración de los niños en la sociedad. "Lo que evidencia la necesidad de influir en la modernización de la Ley de Adopción y demostrar el anacronismo de los antiguos orfelinatos", según los organizadores. Entretanto, por su total dedicación a los niños, Nuevo Futuro ha recibido el premio del Instituto Madrileño del Menor y la Familia dependiente del Gobierno autónomo.
Parte de la mercancía del Rastrillo es fruto de los regalos desinteresados de toda clase de personas; otra parte pertenece a particulares o colectivos que ceden a la asociación el 30% del beneficio de la venta. Es el caso del Centro Penitenciario de Mujeres de Carabanchel. Las internas han elaborado objetos de cerámica, bolsos, revisteros y chalecos en los talleres de la cárcel.También participa la asociación Horizontes Abiertos, dedicada a cuidar a hijos de presos, cuyas ventas en el Rastrillo servirán para regalar a sus huéspedes un ambiente lo más parecido posible al de una' familia normal. Muchas embajadas llevan hasta la feria de la Casa de Campo productos típicos de sus países, y asociaciones internacionales, como Unicef y Médicos sin Fronteras, han montado allí sus puestos.
El Rastrillo reserva un espacio también a los más pequeños. Durante todo el día funciona un tombolón, una pizzería y una churrería. Para ellos, el fin de semana que viene se prevé rico en ofertas. El domingo 30 de noviembre, a las 17.30, tendrá lugar un Karaoke a toda marcha para niños y niñas de 8 a 12 años. Los más grandes, de 12 a 16 años, están convocados el día 28 (a las 22.00) para la Fiesta de noche con el Dj. Manolo Valdés.
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