"Si no se democratiza Marruecos, habrá una oleada islamista radical"
Abraham Serfaty, político de la oposición marroquí exiliado en Francia, considera que si las fuerzas de izquierda no presionan para democratizar y profundizar la justicia social, Marruecos "vivirá una oleada islamista radicalizada". A sus 70 años, el preso político africano que más tiempo ha estado encarcelado tras Nelson Mandela, asegura que el poder marroquí tiene previsto "sabotear los acuerdos de Houston" firmados el pasado 16 de septiembre en Tejas con la mediación del ex secretario de Estado de EE UU James Baker y no descarta un "golpe de Estado militar" si los saharauis votan mayoritariamente por la independencia.Serfaty fue expulsado en 1991 por las autoridades del reino alauí tras pasar 17 años en la cárcel. En una entrevista concedida a este periódico, Serfaty, nacido en Casablanca hace 70 años en el seno de una familia burguesa judeotangereña, analizó los resultados de las primeras elecciones con sufragio directo y secreto celebradas la semana pasada en Marruecos. Menos de la mitad del electorado se acercó a las urnas -en un país donde el analfabetismo es del 60%- y la oposición denunció fraude electoral a través de la compra masiva de votos. Pese a todo, el resultado ha trastocado las mayorías con la victoria del bloque progresista (Kutla, con 102 escaños), 92 diputados las formaciones centristas y 100 del Wifaq, además de la entrada de los islamistas moderados con nueve escaños. Serfaty indica que estos comicios son "un avance, aunque limitado y controlado por el régimen. En Marruecos se va hacia un gobierno de centro izquierda que, sin embargo, difícilmente podrá responder al desastre tras 35 años de tiranía en el terreno educacional y en todos los demás ámbitos".
Este ingeniero de minas, que pasó de ser un tecnócrata al frente de la dirección de minas a integrarse en el movimiento por la independencia (lograda en 1956) y a militar en el Partido Comunista hasta 1970, alerta sobre el auge del integrismo en Marruecos. "Se ve de manera clara que los electores no tienen confianza en el sistema. Además, la situación económica es peligrosa. Teniendo en cuenta la presión del islamismo, si las fuerzas de izquierda no presionan por la democratización y la justicia social, Marruecos vivirá una oleada de islamismo radicalizado", asegura. Serfaty hace notar la existencia de líderes integristas radicales también en Marruecos.
El político exiliado considera la firma de los acuerdos de Houston entre Marruecos y el Frente Polisario para celebrar un referéndum en el Sáhara a finales de 1998 como la "aplicación del derecho internacional, que da la razón a los saharauis tanto a nivel histórico como político". Tras seis meses de negociación por parte del mediador de la ONU para el conflicto, James Baker, se acordó que el electorado -una de las cuestiones que había frenado desde 1991 la solución al contencioso- se "situará en tomo a las 80.000 personas" como mínimo. La base del censo elaborado en 1974 por España antes de abandonar la colonia era de 75.000.
Sabotaje marroquí
Sin embargo, Serfaty no cree que todas las dudas estén despejadas y sospecha que el poder marroquí está dispuesto a "sabotear en los próximos meses el acuerdo". "Cuando los saharauis vayan a votar será una oleada por la independencia. Pero al día siguiente no se puede descartar un golpe de Estado militar, porque el Ejército no va a dejar pasar las cosas así, y tampoco una revuelta popular en donde puede acontecer lo peor. El proyecto del Gobierno marroquí es sabotear los acuerdos". Serfaty considera que un empuje de Estados Unidos al proceso supondrá que la independencia del Sáhara "estará tutelada por los estadounidenses".El opositor marroquí, revela que como ingeniero de minas constató "en 1969 que hay petróleo en la región. Las empresas petrolíferas americanas lo saben y lo quieren controlar, como primer paso para asentarse en todo el área del Magreb". A su juicio, la "única solución es un Estado saharaui fraterno, dentro de un marco de confederación sin vencedores ni vencidos".
Serfaty cree que existe un peligro real de que la sucesión del príncipe heredero Sidi Mohamed quede arruinada por lo que denomina "la mafia de El Majzem [Estado] en el poder", uno de cuyos exponentes es, a su juicio, el ministro del Interior, Driss Basri. "El príncipe heredero es un hombre de pensamiento moderno y democrático, pero con un carácter débil. Si la mafia impone su ley podría ser su prisionero. Hay otra vía que depende del papel que jueguen las élites de izquierda marroquíes, su primo -una persona realmente moderna y avanzada- y los gobiernos europeos". En este último punto, y aunque no quiere inmiscuirse en la política exterior de España, Serfaty considera que "el Gobierno de Aznar tiene una ausencia de política y una pasividad con lo que acontece en Marruecos, y eso no es una vía sana. La denominada última frontera no son meras palabras, es una realidad y si no que se lo pregunten a los que atraviesan con pateras el estrecho para acabar, muchos de ellos, ahogados en las playas de Tarifa. El camino para los gobiernos europeos no es combatir la monarquía, al contrario, más bien es reforzar la monarquía en la vía moderna, no en la vía de El Majzem".
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