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El ex primer ministro turco Erbakan será encarcelado si se declara ilegal su partido

"Que sea para bien", dijo, ayer, no sin un poso de resignación, el líder islamista Necmettin Erbakan, de 71 años, al declarar por primera vez ante el Tribunal Constitucional de Turquía, que debe decidir antes de fin de año sobre la eventual ilegalización del Partido del Bienestar (Refah), con el que ganó las elecciones legislativas de diciembre de 1995.El fiscal general turco, Vural Savas, que pidió la disolución del Refah el pasado mes de mayo, cuando Erbakan era aún primer ministro, advirtió ayer que el líder islamista y seis de sus diputados pueden ser inhabilitados y, en consecuencia, privados de su inmunidad parlamentaria si el Constitucional decide la disolución del partido.

Con estas premisas, Savas amenaza con la posibilidad de juzgar y encarcelar a los máximos dirigentes islamistas, a quienes acusa de desarrollar "actividades incompatibles con la Constitución laica" y pretender instaurar la sharia (ley islámica), según el modelo de Irán o Afganistán. El Partido del Bienestar obtuvo seis millones de votos (el 21% de los sufragios) en los últimos comicios, y formó un Gobierno de coalición, con Erbakan como primer ministro, desde junio de 1996 hasta junio de este año, cuando las presiones del Ejército terminaron por forzar la dimisión del líder islamista.

En su comparecencia de ayer, Erbakan se limitó a plantear cuestiones de procedimiento ante los 11 jueces que integran el Constitucional. Los magistrados le permitieron declarar sentado en atención a su edad.

Hoy proseguirá su alegato con la exposición de las cuestiones de fondo. En apenas una semana, el tiempo que se le concedió para preparar su defensa, ha recopilado 5.000 páginas de documentos. "La defensa dejará claro que el Refah no es una filial religiosa, sino un partido político que ha servido con éxito en el Gobierno y en las administraciones locales", revelaba ayer el diario islamista Milli Gazete. Los islamistas turcos aseguran que defienden "la democracia, los derechos humanos y el Estado de derecho" y consideran que sería inconcebible que un país de la Unión Europea, a la que Turquia aspira a integrarse, se llevase a cabo un proceso de disolución del partido más votado.

En previsión de una eventual ilegalización del Refah, los dirigentes de esta organización, que cuenta con casi tres millones de militantes, se preparan para crear otro partido islamista con el alcalde de Estambul, Tayip Erdogan, al frente.

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