Un ámbito propio de debate
Los Quince han de elegir entre que los países que se integren en el euro "se reúnan en las catacumbas o al aire libre". Así de expresivo se mostró ayer el presidente de turno del Consejo de Ministros de Economía (Ecofin), el luxemburgués Jean-Claude Juncker, sobre la necesidad o no de crear un grupo informal con los países que se integren en el euro.
La propuesta de crear ese grupo Euro-X, apoyada incluso por el muy influyente Comité Monetario, no logró ayer el respaldo de los países que se quedarán fuera de grado (Reino Unido, Dinamarca y Suecia) o a la fuerza (Grecia). A pesar de esta oposición, el Euro-X siguió ayer abriéndose camino.
Fundamentalmente por la advertencia lanzada por alemanes y franceses, bien recogida en las palabras de Juncker. "Los países del euro nos vamos a reunir de una forma u otra. Por eso creemos que es mejor que esas reuniones sean transparentes", coincidieron Theo Waigel y Dominique Strauss-Kahri. Una advertencia compartida por el resto de países in.
El Ecofin acordó que sea el Comité Monetario el que presente en la reunión del 1 de diciembre una propuesta para crear el Euro-X.
Hasta ahora las tesis del Comité Monetario se acercan mucho a las de los países del euro. Reconoce que los países que se integren en el euro tienen interés en discutir entre ellos acerca de la situación y las políticas económicas, del tipo de cambio del euro, de la preparación de las deliberaciones del consejo Ecofin y acerca del tipo de cambio del euro respecto a las monedas que queden fuera. Y propone por ello un marco informal de discusiones. Exactamente lo máximo que admitía Alemania y lo mínimo que exigía Francia.