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El FBI conocía desde 1991 las maniobras de China para influir en Washington

El FBI ha reconocido que pasó por alto información clave de los servicios de inteligencia obtenida en 1991 que demuestra -según los investigadores- los esfuerzos de China para comprar influencia política en Estados Unidos, según fuentes del Gobierno norteamericano. La fiscal general de EE UU, Janet Reno, se enteró de esto la no. che del pasado día 5 y, en palabras de uno de sus colaboradores, se quedó "lívida".

Dos días después, Reno pidió disculpas al senador republicano Fred D. Thompson por no haber difundido una información que era clave para las audiencias en el Senado sobre los abusos cometidos en la financiación electoral. Thompson suspendió las audiencias de su comité el pasado 31 de octubre. El director del FBI, Louis J. Freeh, que también ha pedido perdón a Thompson, ha sustituido al alto cargo del FBI que dirigía la investigación de la compra de influencia por los chinos, según fuentes de la Administración.La información recientemente descubierta, la mayoría de ella procedente de la vigilancia electrónica llevada a cabo por el FBI y otras agencias norteamericanas a lo largo de los últimos seis años, incluye pruebas de cómo Pekín esperaba influir en las elecciones estadounidenses. Las pruebas también muestran lazos entre el Gobierno chino y varios ciudadanos norteamericanos, incluido un recaudador de fondos para el Partido Demócrata en Los Angeles que es considerado como un "agente" de los chinos por varios funcionarios que se negaron a dar más detalles.

Piedras sin remover

Todo esto se conoce sólo dos meses después de que Reno, que juró "no dejar piedra sin remover" en la investigación sobre la financiación del partido de Bill Clinton, ordenara una reorganización del Departamento de Justicia y sustituyera al jefe de una fuerza especial que investigaba las ¡legalidades de financiación de la campaña electoral. Los tropiezos en el Departamento de Justicia muestran "una incompetencia increíble", según un alto cargo de la Administración, y seguramente harán que aumente la presión de los republicanos sobre Reno para que se nombre un investigador independiente que se ocupe del caso.Algunos funcionarios restaron importancia a las nuevas pruebas y dijeron que la información fue recogida por el FBI como parte de una misión de contrainteligencia diseñada para vigilar gobiernos extranjeros y proteger la seguridad nacional de EE UU. Rara vez se utiliza esta información para procesar casos criminales, en gran parte porque el Gobierno es reacio a revelar sus metódos de escucha y vigilancia y otras fuentes de información.

Los archivos descubiertos ahora indican que María Hsia, una inmigrante taiwanesa americana que durante un decenio había recaudado dinero para las causas demócratas, "respondía a las órdenes" de Pekín como si fuera un agente chino, según informó un funcionario.

Hsia llegó a estar muy implicada en la recaudación para el Partido Demócrata en 1988 junto con James Riady, un hombre de negocios de Indonesia que vivió en California y cuya empresa, el Grupo Lippo, ha estado en el centro de las investigaciones sobre irregularidades en la financiación electoral.

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Hsia, de 46 años, estableció un grupo de recaudación de fondos de norteamericanos de origen asiático -llamado Pacific Leadership Council, PLC- con Riady y John Huang, que más tarde trabajó recogiendo fondos para el Comité Nacional del Partido Demócrata (DNC). Las dos personas que más dinero recibieron del PLC en las elecciones del 1990 fueron los entonces senadores demócratas Albert Gore Jr., de Tennessee, ahora vicepresidente, y Paul Simon, de Illinois.

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