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Primeras revelaciones de matanzas de civiles serbios por paramilitares musulmanes en Bosnia

Revelaciones de atrocidades contra indefensos civiles serbios cometidas por unidades paramilitares bosniomusulmanas comienzan a ver la luz en Sarajevo por vez primera, dos años después de que finalizara la guerra en Bosnia. La revista independiente Dani acaba de publicar, basándose en documentos judiciales, la evidencia de muchos de estos asesinatos, en boca de todos, pero nunca reconocidos por el Gobierno de Alia Izetbegovic. Sus autores fueron los hombres de Musan Topalovic, un, señor de la guerra conocido como Caco y admirado popularmente por la defensa que su unidad hizo de la capital bosnia durante los peores días de su asedio por los serbios.

Caco y los suyos secuestraron a docenas de civiles serbios, que fueron mutilados y asesinados y arrojados después a una quebrada en Kazani, cerca de Sarajevo. Dani cita sumarios militares en los que soldados bosniomusulmanes cuentan cómo degollaron o decapitaron a sus víctimas, que habían permanecido en la ciudad cuando se inició el implacable asedio artillero serbobosnio.El relato de la revista que dirige Senad Pecanin, que el mes pasado publicó datos sobre una matanza de civiles croatas en la región de Mostar a cargo también de soldados bosnios, ilumina el lado oscuro de la lucha por la independencia de Bosnia, inicialmente y con frecuencia en manos de pistoleros como Caco. Algunos de los asesinatos son descritos en documentos judiciales de los procesamientos secretos realizados por el Ejército bosnio durante la guerra.

Un portavoz presidencial, Mirza Hajric, ha dicho que "esas unidades estaban fuera de control... pero nosotros teníamos que defender la ciudad". "Tan pronto como las autoridades tuvieron noticia de los asesinatos disolvieron a los paramilitares. El número de muertos fue pequeño, no centenares". El general retirado Safer Halilovic, que estuvo al frente del Ejército bosnio hasta junio de 1993, puntualiza que "por los documentos que yo he visto hubo muchos asesinatos, al menos varias docenas". La partida de Caco liquidó también a musulmanes a los que consideraba "desleales"

En octubre de 1993, unidades de la policía bosniomusulmana liquidaron el grupo de Caco, arrestaron a 16 de sus soldados y dieron muerte al jefe, que en palabras del general Halilovic "se había convertido en un testigo molestó de las atrocidades cometidas durante la guerra". Tras un proceso secreto, 14 de los soldados fueron condenados, pero sólo cuatro permanecen en prisión. El Gobierno de Alia Izetbegovic inició la exhumación de la fosa común en Kazani, pero el trabajo fue interrumpido después de recobrar 29 cadáveres.

Las confesiones ante el tribunal de los convictos revelaban que los jefes de la policía y el Gobierno conocían los asesinatos, algo que niegan las autoridades de Sarajevo. Otro general, Jovan Divjak, de origen serbio, que fue número dos del Ejército bosniomusulmán, asegura que envió una larga carta al presidente Alia lzetbegovic en mayo de 1993 en la que le informaba de los asesinatos de civiles serbios por paramilitares musulmanes.

"Gente en los niveles más altos, en la presidencia, sabía de estas atrocidades y no hizo nada para detenerlas hasta octubre de l993", señala Divjak. "Para las autoridades era conveniente apoyar a estos grupos, eran momentos en que nos llegaban terribles noticias sobre las carnicerías serbias en Foca y Banja Luka, cuando sus proyectiles mataban a diario gente en Sarajevo". Más de diez mil civiles murieron durante el asedio iniciado por los serbios en 1992, que acabó en otoño de 1995, poco antes de firmarse los acuerdos de paz de Dayton.

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