Los pequeños embalses, desbordados

Aunque los principales desbordamientos se han producido en Badajoz, ninguna de las grandes presas de la cuenca del Guadiana se vio obligada a desaguar, al disponer aún de sitio suficiente para albergar las avenidas. Los principales problemas se plantearon en los pequeños embalses. Las presas de Canchales, Boquerón, Montijo y Villa del Rey comenzaron a verter por encima de su coronación. En Cáceres, el embalse de Cedillo, situado en la raya fronteriza hispano-portuguesa abrió sus compuertas, soltando 4.000 litros por segundo. El embalse de Alcántara, el tercero de Europa en cuanto a capacidad (3.100 hectómetros cúbicos) ha jugado un importante papel de contención, según afirmaron fuentes de la Confederación Hidrográfica del Tajo. No se descarta que tenga que efectuar desembalses.

El embalse de Guadiloba, que abastece a la capital cacereña, abrió todas sus compuertas. En los momentos álgidos del temporal llegó a recoger casi la mitad del agua que puede almacenar. El Ayuntamiento ordenó desalojar las fincas situadas aguas abajo de la presa.

Decenas de personas que permanecían aisladas en numerosos núcleos de la comunidad tuvieron que ser evacuadas por los equipos de rescate y se concentraron en la pedanía de Balboa, en las barriadas de Calamón, Puente Rivilla y Cerro de Reyes, así como en la periferia de Badajoz. En estas tareas participaron unidades militares pertenecientes a la Base de Talavera la Real, Servicio Aéreo de Rescate de Cuatro Vientos y de los regimientos Castilla 16 y Saboya. El Ejército del Aire evacuó a los habitantes de la pedanía de Balboa.

Daños en el campo

El otoño hizo un amargo regate a los agricultores y ganaderos extremeños. Las riadas exterminaron cientos de cabezas de ganado que murieron ahogadas bajo las aguas. En la Vera el temporal destrozó secaderos de tabaco. La UPA estima que será muy difícil la recolección del maíz y el arroz. Los olivares se han visto muy dañados, al igual que las encinas en plena montanera.El ministro de Administraciones Públicas, Mariano Rajoy, desplazado hasta la zona afectada calificó la situación de "desoladora" y el presidente del, Senado, el extremeño Juan Ignacio Barrero, camino de Badajoz, concluyó que "el clima, las adversas condiciones, se ceban una vez más con los más desfavorecidos".