Edmond de Rothschild, "banquero, judío, filántropo"
Ayer murió en París un millonario modesto: en 1992, Edmond de Rothschild sólo figuraba en el puesto número 212 entre las grandes fortunas del mundo. Si era así es porque a Edmond nada le disgustaba tanto como los nuevos ricos que hacen continua ostentación de su fortuna, de sus éxitos o derrotas. Sin embargo, decía que "un Rothschild que no sea rico, judío, filántropo, banquero, trabajador y que no sepa mantener un tren de vida, no es un Rothschild".Él siempre supo respetar todas esas características familiares. Ahora tenía 71 años, llevaba varios enfermo, pero había sabido conservar las virtudes del clan. Cuando los Rockefeller le visitaron en Suiza, Edmond descubrió que su casa no era lo bastante grande para, alojar a sus invitados y le faltó tiempo para comprar el lujoso chalé de sus vecinos. Cuando Israel entró en guerra, Edmond se apresuró a, donar millones de dólares para ayudar a Tsahal.
Esa 212 fortuna mundial pasaba por ser en realidad el hombre más rico de Francia, capaz de vivir fastuosamente de las rentas de sus rentas. Edmond de Rothschild presidía el banco que llevaba su nombre, la compañía financiera Benjamín -su hijo- et Edmorid de Rothschild, SA, y otra de idéntico nombre, pero radicada en Suiza. También estaba presente en consejos de administración de sociedades domiciliadas en Israel, Luxemburgo o las Antillas, en el Club Mediterranée, en las editoriales Hachette y Filipacchi. Como todo buen Rothschild, también tenía sus viñas, y entre sus condecoraciones, amén de la Legión de Honor, está la Medalla al Mérito Agrícola.
Su hijo Benjamín, de 34 años, que ha estudiado informática y comunicación en California y que durante un tiempo soñó con ser cineasta, será el nuevo presidente del holding resultante de la fusión de la sociedad antes citada y que llevaba el nombre de padre e hijo, y de la sociedad de inversión Savoisienne.-
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