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La tensión entre Turquía y Grecia, telón de fondo de la primera cumbre balcaníca

Los dirigentes de los países balcánicos llegaron ayer a la isla griega de Creta, donde comienza hoy la primera cumbre regional de dos días tras la guerra en la antigua Yugoslavia. La reunión tiene como objetivos prioritarios el establecimiento de un diálogo entre rivales irreconciliables y la construcción de una cooperación económica en una región donde la hostilidad preside las relaciones entre algunos vecinos. La cumbre reunirá a los líderes de Albania, Bosnia-Herzegovina, Bulgaría, Grecia, Macedonia, Rumania, Turquía y la República Federal de Yugoslavia (RFY).

El primer ministro turco, Mesut Yilmaz, fue uno de los primeros en llegar a Creta, en la que constituye la primera visita de un líder turco a Grecia desde 1988. Las relaciones entre Turquía y Grecia -rivales históricos- se han deteriorado peligrosamente en las últimas semanas. Las autoridades de Atenas han acusado a las de Ankara de numerosas violaciones de su espacio aéreo.Ambos países han dejado claro que no piensan suspender las maniobras aeronavales en curso en el mar Egeo a lo largo de Chipre. Turquía inicia hoy sus ejercicios Toros 97-2, mientras Grecia comenzó las maniobras Parmenion el sábado pasado. La prensa griega subrayó que Estados Unidos teme que se produzcan provocaciones durante las maniobras turcas,, ya que más de 40 aviones de combate F 14 y F 16 sobrevolarán Chipre. Turquía intervino en 1974 en defensa de la minoría turcochipriota tras un golpe militar de la extrema derecha griega, pero, en vez de retirarse, el Ejército de Ankara siguió ocupando el tercio septentrional de la isla, a pesar de la condena de las Naciones Unidas. El Estado autoproclamado del Norte sólo cuenta con el reconocimiento de Ankara.

Yilmaz se reunirá hoy con Costas Simitis, primer ministro griego, aunque las dos partes han querido dar un perfil bajo al encuentro. "No espero ningún milagro, pero sólo un apretón de manos ya es algo", declaró un asesor del primer ministro turco. Simitis, por su parte, dijo que no habría ningún progreso. "Estamos aquí para promover las relaciones balcánicas, no las relaciones bilaterales", dijo.

Poco después de la llegada de Yilmaz se produjo la de Fatos Nano, primer ministro de Albania, y de Slobodan Milosevic, presidente yugoslavo, líderes de dos países enfrentados por el contencioso de la región de Kosovo. No se descartaba anoche una primera reunión entre estos dos dirigentes socialistas posteomunistas.

Sería difícil encontrar en Europa más odio que el acumulado durante siglos en los Balcanes. Teodoros Pangalos, ministro de Exteriores de Grecia, el país anfitrión, advirtió que al margen de la reunión entre Milosevic y Nano poco se puede esperar en el campo de las conflictivas relaciones greco-turcas. Desde que en 1933 se celebró en Salónica la cuarta cumbre balcánica, éste es el primer intento de colaboración multilateral a alto nivel en esta península. "Tenemos que conseguir que los Balcanes dejen de ser conocidos como el barril de pólvora de Europa", manifestó Simitis. "La realidad ha cambiado en los Balcanes. Se han abierto las fronteras, se han establecido las comunicaciones y están floreciendo negocios", añadió.

Los críticos conservadores de la cumbre, que corre a cargo de la actual Administración socialista griega que preside el moderado Simitis, consideraban que Turquía sacará mayor provecho de la cumbre que Grecia. El díario conservador Elefteros Tipos criticaba ayer al Gobierno por haber invitado a Bosnia, país al que califica de satélite de Turquía, y haber aceptado que él Gobierno de Sarajevo envíe a la cumbre a un funcionario de Asuntos Exteriores, en vez del presidente, el musulmán Alia lzetbegovic.

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