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El Museo Picasso dedica una exposición a la formación del pintor

¿En qué momento surge el genio? Ésta es la pregunta que subyace tras la exposición Picasso. La fábrica de dibujos, 1890-1904, que el Museo Picasso, de Barcelona inaugura hoy, día en que se cumplen 116 años del nacimiento del artista. Un total de 250 obras, en su mayoría dibujos, que abarcan todo el periodo de formación del creador y permiten seguirle en la búsqueda de un estilo propio, que le convertiría en uno de los grandes genios de este siglo, aspecto que se refleja en un apéndice dedicado a su obra madura. La exposición, realizada con fondos del mismo museo, estará abierta hasta el 25 de enero.

"Nunca he hecho dibujos de niño", le dijo Picasso a Héléne Parmelin en 1968. El artista tenía 85 años y recordaba a la perfección el dibujo de un Hércules que trazó cuando tenía nueve años. "No era un dibujo de niño. Fue un verdadero dibujo que representaba a Hércules", añadía. Con este Hércules tan poco infantil se inicia la exposición dedicada a analizar la importancia que el dibujo tuvo en la formación y posterior evolución del artista. "El núcleo de la exposición es el paso de la formación a la madurez en la obra del artista: la trayectoria de una formación y una maestría, intensamente perseguidas desde que era un niño, que lo conducirán a un total dominio del trazo y harán de él el dibujante más clásico e innovador de nuestro siglo", afirma. Maria Teresa Ocaña, directora del Museo Picasso.El primer apartado de la exoposición, divida en cinco secciones, se centra en los primeros trabajos que realizó en Málaga, A Coruña y Barcelona, aún totalmente inmerso en el mundo académico y tradicional al que le empujaba su padre. El segundo se inicia con el viaje de Picasso a Madrid, en 1897, para estudiar en la Escuela de San Fernando, y, tras volver a Barcelona y pasar una temporada en Horta de Sant Joan (Tarragona), comienza a realizar un tipo de dibujo más libre y receptivo ante las nuevas tendencias del arte.

Esta apertura será aún mayor en el tercer periodo, entre los años 1899 y 1900, en Barcelona. La influencia de Ramon Casas, las ilustraciones y carteles que realizó para diversas revistas y establecimientos, los retratos y caricaturas de personajes de la época y los autorretratos muestran ya la versatilidad del artista.

La etapa de formación puede darse por acabada en el cuarto periodo, que abarca los años 1900-1904 y reúne los trabajos que el artista realizó en su primer viaje a París y en sus posteriores estancias en Madrid y Barcelona. Este apartado se denomina La eclosión. Los dibujos -y algunas pinturas que, en mayor medida que en otros apartados, completan la exposición- son aquí de temáticas y estilos muy diversos, si bien se advierte un mayor interés por el color.

Escenas del París nocturno, retratos de personajes y crónicas urbanas comparten protagonismo con otras obras que preludian y se enmarcan ya en su denominada época azul.Junto a, estas imágenes más clásicas y llenas de tristeza y simbolismo se sitúan también caricaturas y dibujos eróticos en los que puede verse, por ejemplo, a una mujer realizando una felación a Isidre Nonell o un amigo pintor defecando y masturbándose a la vez.

Por último, la exposición incluye a modo de apéndice un último apartado en el que se muestran algunos de los dibujos de madurez de Picasso.

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