Francia aumenta la independencia de los fiscales

El Gobierno francés ha decidido renunciar a la potestad que le concede la ley de instruir y orientar a los fiscales en los procesos por delitos individuales, una facultad utilizada en el pasado de manera arbitraria e interesada y que ha minado la confianza de los franceses en la Justicia y alimentado la impunidad del poder. La renuncia resulta capital, dadas las competencias de los fiscales franceses en la instrucción de los casos y su facultad para archivar sumarios.

Tal y como había anunciado el hoy primer ministro Lionel Jospin durante su campaña electoral, la reforma de la Justicia que prepara el Gabinete socialista francés establece la supresión de todas las instrucciones a los fiscales, si bien mantiene a la Fiscalía bajo el sometimiento jerárquico del Ministerio de Justicia. La ministra de Justicia, Elisabeth Guigou, que presentó con Lionel Jospin el proyecto el lunes al presidente Jacques Chirac, se reserva, en todo caso, la posibilidad de "discutir" con la Fiscalía sobre los sumarios.

El proyecto de ley, que debe ser aprobado en el Consejo de Ministros del día 29, una vez que sea revisado por el presidente de la República, establece igualmente que los nombramientos de los fiscales y de sus sustitutos no serán ya decididos como hasta ahora por el ministro de Justicia, sino por el Consejo Superior de la Magistratura (CSM).

También los fiscales generales, designados hasta ahora por el Consejo de Ministros, pasarán a ser nombrados por el CSM. La composición de este organismo, equivalente al Consejo General del Poder Judicial español, aunque en la actualidad mucho menos competente, va a ser modificada de forma que los magistrados no sean mayoría.

La reforma, que teóricamente debería poner término a las presiones, en forma de consejos o de amenazas directas sobre el futuro profesional de los fiscales contestatarios al poder del ejecutivo, obliga a éstos a fundamentar los archivos de las denuncias y a comunicar este hecho a los implicados.