Un reestreno después de 82 años
La primera versión de 'El amor brujo', de Falla, vuelve al mismo teatro en el que se estrenó en 1915
Han tenido que pasar 82 años para que se reestrene el primero de todos los amores brujos que creó el genio de Manuel de Falla. Puso el compositor granadino debajo del título una coletilla: Gitanería en un acto y dos cuadros. Y con Pastora Imperio como protagonista, esta primera versión de El amor brujo se estrenó el 15 de abril de 1915 en el teatro Lara. Este mismo escenario acoge a partir de mañana aquel boceto de la conocida obra de Falla que nunca más se volvió a representar. Y para que la cosa tenga todo el embrujo que merece la pieza, se ha recuperado la escenografía original, el vestuario, y se utilizarán elementos que en su día eran habituales, como la luz de las candelas.La historia de este montaje empezó hace dos años, cuando se procedió a la restauración del Lara, uno de los teatros emblemáticos en Madrid de principios de siglo. Aparecieron entonces las partituras originales de Falla de El amor brujo. Escritas con su puño y letra y con anotaciones a pie de página. Surgió así la idea de este reestreno, en el que participa la productora Pigmalión, Musiespaña y el Festival de Otoño. Ha sido, según comentan los que se han embarcado en esta aventura, toda una labor de investigación, de arqueología teatral.
Ricardo Franco -director del montaje-; Gregorio Gutiérrez -el director musical- y Angel Sanz -responsable de la dramaturgia- han buceado en archivos, hemerotecas, museos y libros para conseguir que la obra tenga el mismo aroma de 1915. El primero de los problemas a resolver era dar con una Pastora Imperio de fin de siglo. Es decir, con una artista que cantara, bailara e interpretara. Y apareció Esperanza Fernández, una sevillana también gitana como Pastora. El fuerte de esta joven es el cante (ya había realizado alguna grabación de esta pieza de Falla). Pero en los inicios de su carrera fue bailaora, y lo de interpretar dice que le sale solo. Que ella, como gitana que es, tiene una intuición especial que le ayuda en escena.
Fue este Amor brujo un encargo de la propia Pastora Imperio, y Falla compuso una obra a su medida. "Era una pieza sin grandes pretensiones que acabó siendo genial gracias a la música de Falla", relata Franco. "Había partes que Falla alargó para que Pastora pudiera descansar o para que le diera tiempo a peinarse o cambiarse. Imagínate qué lujo que Falla haga eso por ti", añade Franco. La primera versión de El amor brujo estaba pensada para 16 músicos y duraba 40 minutos.
El ballet de este mismo título que tanto se conoce dura unos 20 minutos y en él interviene una orquesta más numerosa.
"Del decorado, lo único que se conserva es un boceto original del segundo acto. El resto se ha reconstruido a partir de las crónicas de la época. Ha sido un trabajo de investigación", comenta Franco. Han ayudado también en esta tarea Luis Ramírez, propietario del teatro, y Antonio Gallego y Enrique Franco, dos especialistas en la obra de este compositor. "Había que entrar en el espíritu de Falla para saber qué quería decir y cómo", añade Franco, que se enfrenta a su primer montaje dramático, ya que antes ha sido bailarín y coreógrafo. Para el vestuario se ha seguido un proceso parecido: a partir de una imagen en blanco y negro publicada en un periódico de la época, se ha diseñado todo el vestuario.
"Falla quería acercar el flamenco a la música clásica. Por eso le llamó gitanería. Tenemos que aprender a valorar lo que tenemos. Si una pieza de Falla ha tenido que esperar 82 años para representarse, imagínese lo que puede pasar con el resto de los músicos", declara Gregorio Gutiérrez, director musical. Por ese afán de enmarcar el espectáculo dentro del mundo flamenco, la primera parte del espectáculo consta de unos números de cante y baile.
El amor brujo. Gitanería en un acto..., en el teatro Lara (corredera baja de San Pablo, 15, metro Callao), del 22 al 26 de octubre, a las 20.30; domingo, a las 19.00.
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