Relevo familiar en las filas de ETA

No son muchos de entre los hijos de los más de 1.000 militantes de la historia de ETA, pero varios de ellos han pasado ya por los juzgados. Han crecido en el resentimiento por lo que les ocurrió a susmayores, a los que han idealizado a fuerza de visitarlos en la cárcel y en la clandestinidad de Francia, o los han llorado desde pequeños en los cementerios. Son los hijos de los miembros de ETA que ya empiezan a entrar en la cárcel por actos terroristas o de violencia callejera. A esta lista se ha sumado Izaskun Urionabarrenetxea, colaboradora del comando Katu desarticulado esta semana, cuyo padre, Manuel Urionabarrrenetxea Betanzos, murió en 1989 en enfrentamiento con la Guardia Civil.Este relevo no es el de la primera generación, la de los fundadores de la organización a fines de los años 50. Son, más bien. los hijos de quienes se iniciaron en ETA en los años que bordean la muerte de Francisco Franco. Eran niños entonces y hoy superan los 20 años. No son muchos, pero últimamente varios de ellos han pasado por los juzgados y algunos cumplen condena. Bastantes más se mueven en las organizaciones satélites, que son también cantera de ETA.

Egoitz, hijo del dirigente de ETA José Antonio Urrutikoetxea Bengoetxea, Josu Ternera, ingresó en prisión como responsable de varios sabotajes en el sur de Francia a principios de este año. En mayo de 1996, el Gobierno francés había autorizado la extradición a España de su padre, hoy preso en Alcalá-Meco (Madrid).

Al igual que su progenitor, Egoitz Urrutikoetxea ha sido el máximo responsable y portavoz de Gazteriak, la rama juvenil equivalente a Jarrai creada en el sur de Francia, en la que se mueven los hijos de muchos etarras.

Algunos de estos jóvenes han crecido en casas compartidas con otros refugiados y han interiorizado desde pequeños muchos tics de la clandestinidad. Argi Perurena fue detenida en Hendaya el pasado marzo y, con poco más de 20 años, ya está encarcelada en París, acusada de colaborar con el jefe de los comandos ilegales, José María Aguirre Lete, detenido en noviembre del año pasado. Argi vivía con su padre, el responsable de mugas [fronteras] de ETA, cuando fue asesinado por los GAL en agosto de 1984 en Hendaya.

Otra colaboradora de ETA, Izaskun Urionabarrenetxea, también vivió con 16 años la muerte de su padre, Manuel Urionabarrenetxea, Manu, miembro del comando Araba, en enfrentamiento con la Guardia Civil cuando intentaba escapar a Francia oculto en un camión en 1989. Tres años más tarde era miembro de Jarrai y participó en el congreso que reventó la policía en 1992.

Izaskun ha ingresado esta semana en prisión por colaborar con el comando Katu, del que forma parte su novio Kepa Arronategi, tras el asesinato del ertzaina Txema Aguirre a las puertas del museo Guggenheim de Bilbao.

José Manuel Mata, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad del País Vasco y autor del libro El nacionalismo vasco radical, subraya el hecho de que el mundo abertzale se ha construido su propia lógica marginal, "paralela a la sociedad" que puede llegar a constituir, en el caso de estos jóvenes, "un camino sin retorno".

Mata reconoce que en estos jóvenes no sólo ha sido básica la influencia de sus padres, sino también todo lo que les rodea."En estos casos, su universo es un gueto muy cerrado, autosuficiente, que tiene sus propios lugares de diversión, sus cuadrillas, la familia e incluso en alguna medida las escuelas a donde van", señala.

Ignacio Rego Sebastián pertenece al mismo comando que su padre, Juan José Rego Vidal, con quien comparte cárcel y condena por el intento de asesinato del Rey en Mallorca en el verano de 1995.

Ignacio Rego nació casi predestinado en Cannes, el puerto francés que permitía a su padre compatibilizar la profesión de marino y militante de ETA que seguía obsesivamente a la Familia Real (en 1973 ya fue detenido por intentar secuestrar al conde de Barcelona en Montecarlo).

El joven Rego es, además, sobrino de Venancio Sebastián Horcajo, detenido en 1985 recién incorporado al comando Madrid a su regreso desde Venezuela a donde fue expulsado por Francia.

Un caso dramático del hijo que sólo ha conocido a su padre entre rejas es el de I. A., nacido en Mondragón hace 15 años. Su padre, José Antonio A. I. cumple, desde 1981, una condena de 40 años por atentado, robo y asesinato frustrado. I. fue juzgado y absuelto hace un año, cuando sólo tenía 14, del delito de sabotaje y estragos durante las fiestas patronales de Elgoibar.

lker López de Abetxuko acababa de cumplir 18 años cuando la Ertzantza le detuvo en Vitoria en abril de 1993, tres meses antes de que las autoridades francesas ,enviaran a su padre a España, donde cumple condena de 30 años en la cárcel de Alcázar de San Juan (Ciudad Real) por atentado y asesinato. Desde su niñez, lker ha conocido a su padre viviendo clandestinamente en Francia.