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"Zona catastrófica"

El parque de Barceló se ha convertido en el epicentro de la movida al aire libre en Madrid. Un ejército de jóvenes armado con bebidas alcohólicas se despliega por el parque las noches de viernes y sábados. Las litronas, los calimochos [mezcla de refresco de cola y vino tinto] y los minis [combinado de refresco con whisky, ron o ginebra] vuelan de mano en mano. Los jóvenes han arrasado el parque, donde ya no crece ni una espiga de hierba. El suelo está pelado por las miles de pisadas y es un desierto tomado por escombros. Hay vidrios rotos por todos lados y es zona prohibida para niños y perros. La fuente del parque estaba ayer llena, pero no de agua, sino de botellas vacías y orina. Olía fatal.

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Los vecinos de Barceló exigen medidas urgentes para frenar la avalancha de desperdicios de fin de semana

Los vecinos de Barceló afirman que el parque debería tratarse como "zona catastrófica, por la excepcional situación que vive cada fin de semana", según señala Vicente Hernández, portavoz de la asociación de vecinos de Malasaña, agrupación que tiene 600 abonados.

"El Ayuntamiento debería promover una campaña especial para limpiar y desinfectar ésta zona. La de Barceló no debe tratarse como una plaza más de Madrid porque no lo es, su extrema situación no se da en otros barrios de la capital", explicó Hernández. "De la concejal del distrito centro [María Antonia Suárez] no salen más que buenas palabras", continuó Hernández, "pero los vecinos quieren hechos". Como por ejemplo que la Operación Limpieza Barceló se vea reflejada en los presupuestos municipales. "El alcalde debería designar una partida presupuestaria concreta para ésta plaza", exige Hernández.

"Los basureros se llevan los sábados unas bolsas enormes llenas de desperdicios. Hacen lo que pueden, pero no es suficiente. El Ayuntamiento debería designar más personal para la plaza y dotarles di más niedios", explicó Hernández. "Las papeleras que hay en el parque son ridículas para tanta basura y los contenedores son insuficientes", añadió. Pero el problema va más allá: a las 7.30 horas de ayer, algún contenedor estaba lleno hasta la mitad. "Así va España", ironizó un joven de unos 20 años, que se ensañó a patadas con la basura que le rodeaba.

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