Bruselas confirma que España cumplirá las condiciones para formar parte del euro
La Comisión Europea confirmó ayer que España cumplirá los requisitos para formar parte del euro, al situar la previsión de déficit público en el 2,91% del producto interior bruto (PIB) en 1997. Hasta el muy poco hispanófilo comisario francés de Asuntos Monetarios, Yves Thibault de Silguy, tuvo ayer encendidos elogios para los países del sur de Europa, que han realizado un formidable esfuerzo. Son las dos columnas vertebrales europeas -Alemania y, sobre todo, Francia- las que representan ahora la incógnita. Incluso Italia ha dado un firme paso hacia el euro al cerrar su breve crisis de Gobierno.
Las tradicionales previsiones económicas de otoño de la Comisión Europea se convirtieron en un espectacular espaldarazo al sur de Europa. España y Portugal cumplirán los requisitos sin problemas, tanto en 1997 como en 1998. Italia los cubre este año y puede hacerlo también el próximo si el final de la crisis del Gobierno de Romano Prodi permite convertir en ley el anteproyecto de Presupuestos.. Bruselas vaticina para Italia un déficit del 2,7% para 1998 con los efectos de esas medidas, pero se dispara hasta el 3,7% sin ese ajuste fiscal. Hasta Grecia empieza a ver la luz al final del túnel. Bruselas le adjudica un déficit público del 3% en 1998 y del 2,7% en 1999, aunque para entonces aún tendrá problemas con la inflación y una deuda pública abultada, aunque en suave descenso.
Tantos esfuerzos en el sur se plasmaron ayer en una insólita declaración admirativa del muy francés y muy tecnocrático De Silguy. "En España hay una reactivación de la economía que ha sorprendido a todo el mundo. Tienen una de las evoluciones más prometedoras de Europa", afirmó el comisario en la rueda de prensa de presentación, de las previsiones.
De Silguy quiso restar importancia al hecho de que los cuatro países que más progresos han hecho en el saneamiento de sus finanzas públicas (España, Italia, Portugal y Grecia) sean precisamente los que más vieron depreciarse su moneda con las tormentas monetarias de los últimos años. A su juicio, eso no demuestra que las devaluaciones acaben haciendo más competitiva una economía nacional.
Frente a este optimismo mediterráneo, las cifras publicadas ayer son menos optimistas para el norte de Europa. Persisten las dudas sobre la capacidad de cumplimiento de Alemania, aunque la Comisión pronostica un déficit público del 3% este año y del 2,6% el próximo y una deuda pública estancada en el 61,7%.
Los datos franceses son más alarmantes. La Comisión le atribuye á final de este año un déficit del 3,1%, aunque hasta última hora manejó lo que fuentes comunitarias consideran la cifra real, el 3,2%. Peor aún, el pronóstico para 1998, un año que se considera decisivo para la llamada "sostenibilidad" de los criterios de convergencia, se queda en un patético 3% que también despide un fuerte aroma de maquillaje político.Flexibilidad laboralDe Silguy aseguró que las previsiones de Bruselas -que en esta ocasión se han querido presentar como mera estadística y sin valor político- todavía no recogen el impacto negativo que sobre la evolución del deficit francés tendrán los acuerdos sobre reducción de la jornada laboral y reactivación del empleo.
El resto de la Europa del norte confirma su tendencia a un cumplimiento sobrado. Irlanda se une a Luxemburgo y Dinamarca, en la selecta lista de países con superávit, presupuestario. El Reino Unido confirma que cumplirá todos los requisitos de la convergencia y que será su humor político el factor decisivo para integrar la libra en el euro o mantenerla a la espera.
En igual situación está Dinamarca -otro país con permiso para elegir- y también Suecia, que se ha otorgado a sí mismo el poder escoger entre entrar o verlo todo desde fuera. También cumplen ampliamente Finlandia, Bélgica y Austria.
El creciente cumplimiento de la convergencia se vio acompañado ayer de una optimista visión de la coyuntura inmediata. La previsión de crecimiento del PIB comunitario se ha revisado al alza en dos décimas tanto para este año (2,6%) como para el próximo (3%). La Comisión pronostica que la tasa de paro se situará en el 10,7% a final de año, el 10,3% el próximo ejercicio y el 9,7% a final de 1999.
Frente a ese "futuro prometedor" para España, las estadísticas europeas continúan señalando a este país como -el de más elevado índice de desempleo. En cuanto a las recomendaciones, De Silguy se limitó a insistir en las ya efectuadas por la Comisión Europea: "Recortar costes, disminuir las reglamentaciones sobre las empresas, aumentar la flexibilidad del mercado laboral, y destinar más recursos a investigación, educación y formación".
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