Pujol reclamará a Aznar más fluidez en la relación del PP catalán con CIU a cambio de la estabilidad
Jordi Pujol va a poner a prueba al Partido Popular en los próximos tres meses. Quiere comprobar de aquí a Navidad si los diputados del PP en el Parlamento catalán corresponden a su compromiso con la estabilidad del Gobierno de José María Aznar para todo el año 1998 ofrecida a éste el martes en La Moncloa, señalaron fuentes de CiU. De ahí que el líder nacionalista se haya citado ya con el presidente del Gobierno en diciembre para "dar continuidad a la estabilidad política del país". El Gobierno de la Generalitat está también en minoría en el Parlament y precisa de los votos del PP para sobrevivir.
Esta colaboración que Pujol quiere obtener de los escaños populares en el Parlament va a ser difícil en un caso: el del diputado autonómico y senador del PP Aleix Vidal-Quadras, ex presidente del PP en Cataluña, que arremetió ayer en Madrid contra "el virus del nacionalismo de identidad". "Cuantas más concesiones recibe, más se envalentona, y hace que nos lleve a a la confederación ibérica, a la escisión y al abandono", señaló Vidal-Quadras en la presentación de un libro sobre el patriotismo, y llamó a combatir esas doctrinas "en las urnas". "Eso lo hemos hecho en Cataluña, aunque ahora por razones que todos conocemos: ya no lo puedo hacer", agregó.Respecto al apoyo de CiU al Ejecutivo popular, el consejero de la Presidencia, Xavier Trias, precisó ayer que está garantizado hasta 1999 "si las cosas van bien". También Joaquim Molins, portavoz parlamentario de CiU, se mostró cauto: "El objetivo y la voluntad de ambos [Aznar y Pujoll es agotar la legislatura, pero cuando uno no está en mayoría absoluta -caso tanto de Aznar como de Pujol- no puede dar la segunidad, porque no depende sólo de él". También Pere Esteve, secretario general de CDC, precisó que "el marco político del año próximo está por hacer".
Pujol reclamó de Aznar una mejora en las relaciones entre CiU y PP, tanto en Madrid como en Barcelona. Unas relaciones que han chirriado sobre todo cuando han afectado a cuestiones que no figuran explícitamente en el pacto de gobernabilidad. En Cataluña los problemas se derivan de la estrategia del PP catalán de obtener de la Generalitat un trato equivalente al que reclama CIU del Gobierno: el de socio preferente cuya opinión debe ser tenida en cuenta.
Desde el Gobierno y del PP se lanzaron ayer mensajes de confianza en que la legislatura se podrá agotar. El propio Aznar afirmó en el Congreso que la estabilidad "va para largo" y que él y Pujol desean que la colaboración mutua "se mantenga y se perfeccione de cara al futuro".
El PSOE pide luz y taquígrafos
Los socialistas se lanzaron en tromba para exigir que se hagan públicos los supuestos acuerdos alcanzados entre Pujol y Aznar en su última reunión. El propio secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, afirmó que la opinión pública tiene derecho a conocer el contenido de los acuerdos alcanzados que les han permitido afirmar que se va a mantener la estabilidad parlamentaria. En rueda de prensa, Almunia dijo que es bueno que haya estabilidad parlamentaria, "salvo que el precio sea demasiado alto", y reiteró que no conocen Ias contrapartidas" que ha logrado CiU por su apoyo.De aquí a Navidad se votarán en el Parlament dos importantes leyes en las que los diputados del PP deberán retratarse. Los Presupuestos de la Generalitat para 1998 y la ley del catalán. En el Presupuesto, los 17 escaños del PP son claves para que Pujol supere el trámite parlamentario.
En cuanto a la nueva ley de las lenguas, el apoyo del PP no resulta imprescindible porque CiU confía en llegar a un acuerdo con los demás grupos, y en particular con el socialista. El problema es que la dirección del PP catalán mantiene un tono beligerante contra la ley.
Ayer, sin embargo, el presidente del PP de Cataluña, Alberto Fernández Díaz, aseguró que de los acuerdos entre Aznar y Pujol "no se desprenderá un cambio de planteamiento" de su partido respecto a la ley del catalán. Una primera prueba de la actitud del PP la obtendrá Pujol la semana próxima, con ocasión del debate de política general en el Parlament.
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