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Floale recuerda que el comandante de la 'Mir' se sintió culpable

La estación rusa consigue separarse de la nave de carga

Mientras David Wolf pasaba su primer percance las dificultades en el desacoplamiento de una nave de carga, en la envejecida Mir, su predecesor, Michael Foale, ya por fin en tierra, rememoraba los trágicos momentos del choque producido en órbita el 25 de mayo pasado. En una emocionante entrevista emitida por la NASA, Foale dijo ayer que su experiencia más memorable fue cuando el comandante Vasili Tsiblíyev comprendió que la arritmia que se le había presentado le impediría realizar el paseo espacial destinado a comenzar las reparaciones en el módulo Spektr despresurizado.

"Se sentía culpable por todo el accidente", comentó Foale, que de pronto se sintió embargado por la emoción y dijo con voz quebrada: "No, esto es algo demasiado duro para hablar de ello". Tsiblíyev estaba realizando un ejercicio de reacoplamiento manual de la nave de carga Progress M-34 cuando sucedió el choque, del que fue culpado por muchos especialistas.El primer accidente de tráfico deshermetizó al Spektr, que hubo que clausurar, y privó a la estación orbital de casi la mitad de la energía eléctrica Una comisión gubernamental, sin embargo, terminó exculpando a Tsiblíyev y a su colega Alexandr Lazutkin de este accidente y de los otros numerosos percances ocurridos en la Mir durante los meses que ellos estuvieron en órbita.

Foale se encontró con su familia poco después del aterrizaje del transbordador Atlantis, en el que volvió de pasar cuatro meses y medio en la Mir, en cabo Cañaveral con un día de retraso por motivos meteorológicos. En la entrevista, señaló que no se encontraba particularmente pesado tras su larga-estancia en órbita, pero sí "un poco inseguro el andar y guardar el equilibrio".

Su mayor aportación

Foale se mostró también muy contento de estar con sus hijos y señaló que piensa tomarse unas vacaciones al sol y ponerse moreno. Al ser preguntado sobre lo que había sido su mayor aportación a la Mir, contestó que fue un programa de ordenador que permitía a los astronautas imprimir todo el correo electrónico procedente del control de tierra. "Ahorra una hora a todo el mundo todos los días", afirmó.Entretanto, ayer por la tarde la nave de carga Progress M-35, después de dos infructuosos intentos hechos el lunes, pudo por fin separarse, llena de basura y desechos, de la Mir. Horas más tarde se quemó, como todas las naves de su tipo, en las capas densas de la atmósfera. El problema para separarse aparentemente era que la tripulación se había olvidado de desenganchar una abrazadera que mantenía a la nave más fuertemente unida a la estación.

Ahora ha quedado libre el puesto de atraque donde hoy, con, un día de retraso, se acoplará la M-36, que fue lanzada el domingo desde Baikonur. El acoplamiento de la nave se realizará en régimen automático, pero si algo falla habrá que probar a atracarla manualmente. La nueva Progress trae alimentos, combustible, oxígeno, equipos y herramientas para reparar el módulo averiado, y un nuevo ordenador central de reserva.

Si el acoplamiento de la nueva nave de carga se realiza sin problemas, la Mir debe encontrarse en mejores condiciones que nunca durante los próximos meses para acometar las reparaciones necesarias en el módulo Spektr y realizar experimentos científicos.

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