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Tribuna
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"Mass" Felipe y el botafumeiro

Manuel Rivas

Como en las cartas, la noticia estaba en la postdata. Desaparecía el candidato González. Nacía un nuevo mass media llamado Felipe.¿Por qué en Ourense y al final de un mitin que parecía de trámite, cuando los periodistas enfundábamos la herramienta y Abel Caballero lanzaba la primera rosa como un conjuro contra las meigas de los sondeos? Resultó todo tan espontáneo que sólo podía ser intencionado. El truco de un comunicador al remate de su talking-show. Los colegas desenfundaron el móvil. La apostilla era el titular.

Las elecciones gallegas son siempre como una película de Hitchcock. Transcurren en mitad de una escalera, pero esa escalera es la de incendios. Parece que no, pasa nada hasta que surge el McGuffin, el elemento de suspense. El día anterior, Fraga había destapado un McGuffin. Preparémonos ya para las generales. Felipe, en su postdata, despejó una incógnita clave pero creó una nueva expectativa. Yo no seré el candidato, vino a decir, pero sabrán de mí en el ciberespacio. Recorreré la España Global con emisiones underground. Y en Ourense, capital gallega de la banda diseñada, nacía un nuevo fanzine: Mass Felipe contra el botafumeiro.

Hacienda ha valorado la catedral de Santiago en 2.800 millones. El mundo está loco. Valen más las patadas de Kiko, un suponer, que el Pórtico de la Gloria. Lo que no decía el informe es si la valoración incluía al botafumeiro. Es el gran incensario de la catedral. Impulsado por los tirabuleiros, oscila en la nave central en un espectáculo que pasma a los peregrinos. El botafumeiro es un magnífico efecto especial de la película del medievo, pero es también una metáfora muy usada en Galicia para definir la complacencia y la adulación al poder.

La denuncia más reiterada por la oposición es que el Partido Popular ejerce un control casi total sobre los medios de comunicación. Estaríamos ante un gran botafumeiro mediático, que ahoga en incienso la expresión crítica. Ciertamente, la omnipresencia de los conselleiros inaugurando cosas es tal que los niños preguntan, por ejemplo, si Xosé Cuiña, como Mickey Mouse, pertenece al planeta Disney. La negativa a un debate ante las cámaras sería la evidencia de ese estado de cosas. En cuanto a los medios privados, La Voz de Galicia ha denunciado el uso arbitrario de ayudas y publicidad institucional. Según González, Galicia ha sido un campo de pruebas y ese modelo se trata de imponer en toda España. "A nosotros se nos acusa de haber intervenido [en los medios], pero lo cierto es que todo el espectro de la comunicación va del centro a la derecha. Pero eso no les resulta suficiente. Quieren la fidelidad absoluta. Son insaciables".

El público había ido a un mitin de González y se encontró con mass Felipe en hora de prime-time. Con la audiencia entregada, la contraprogramación fue todo un éxito. Y es que no es frecuente ver a un ex presidente hablando de política como quien tararea el Paseo por el lado bestia de la vida de Albert Pla. Estuvo mordaz, especialmente cuando relató en tono cómico una reunión de José María Aznar, Rodrigo Rato, Pedro J. Ramírez y Juan Villalonga, la víspera de la boda en Barcelona. Estuvo duro cuando habló de "rebatiña" en la empresa pública y "caza de brujas" en la Administración. Estuvo durísimo cuando habló del "asalto" del poder a los medios. Y estuvo divertido, mordaz y dolido cuando habló de Fraga.

"Yo siempre le he tratado con deferencia. Sea prudente, no se equivoque. Como Machado, sigo ligero de equipaje".

A muy poca distancia de allí y a la misma hora, en Carballiño, Manuel Fraga calzaba implacable espuelas de John Wayne: "¡Vamos a arrasar!". En la noche de Galicia, el botafumeiro emitía en ondas de incienso.

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