Los guardias del "caso Ucifa" formaron una organización de 'narcos', según la sentencia
La Audiencia Nacional ha condenado a seis oficiales y agentes de la Unidad Antidroga de la Guardia Civil a penas de entre uno y nueve años de prisión por considerar que integraron una "organización" de narcotrafiantes que entregaba drogas a sus confidentes en pago por sus servicios, y provocó envíos desde Suramérica para incautar los alijos y obtener así Ilusorios méritos". La sentencia condena a nueve años de prisión al comandante José Ramón Pindado, "el escalón más alto" de esa organización, según la sentencia, y a ocho años al coronel Francisco Quintero Sanjuán, jefe de la unidad.
La sentencia de la Audiencia Nacional, de más de 200 folios de extensión y de la que ha sido ponen te la magistrada Ángela Murillo, impone un total de 88 años de prisión a 15 de los acusados, y absuelve a tres de ellos, Sebastián Márquez del Valle, Jesús Narciso Núñez Encabo y Manuel Jiménez Cervera. De los 88 años de condena, 31 corresponden a los guardias civiles de la Ucifa y los otros 57 a confidentes y traficantes.Los guardias que denunciaron a sus superiores cuando éstos les sorprendieron vendiendo droga y que se han beneficiado de su posición de arrepentidos han sido condenados a sólo dos años y cuatro meses de prisión. De momento, la Fiscalía no ha pedido el ingreso en prisión de ninguno de los condenados, a la espera de valorar la sentencia. Todos los condenados recurrirán al Tribunal Supremo.
Méritos ilusorios
El tribunal considera que la única finalidad de Ucifa "no era la difusión de drogas entre terceros". "Por el contrario", señala la sentencia, "más bien parece que, con los conseguidos envíos de cocaína de Suramérica a España, que luego se incautaron sin dificultad alguna, lo que se perseguía no era otra que la obtención de ilusorios méritos sin más aditamento".Según el tribunal, los integrantes de la Ucifa actuaron "como grupo organizado, asumiendo cada uno de sus miembros funciones distintas en perfecta coordinación, dentro de una estructura en la que se detecta claramente un centro de decisiones y distintos niveles jerárquicos".
"Tal entramado organizativo hubiera dificultado extraordinariamente la persecución de los delitos cometidos de no ser por las denuncias de Vicente Domínguez Serrano y las posteriores declaraciones de éste, de Doroteo Gómez Porras y de Ramón de Temple", prosigue el tribunal. Éstos son los tres arrepentidos que, tras acusar a los mandos en la Ucifa y a los demás confidentes, obtuvieron rebajas de 15 a sólo dos años en las peticiones finales de pena por parte de la Fiscalía Antidroga.
La sentencia señala que el coronel Francisco Quintero, jefe de la Ucifa, ordenó al agente encubierto y luego arrepentido Gómez Porras detraer un kilo de cocaína en sendas operaciones y entregarlo en pago a sus servicios a dos confidentes apodados los hermanos Dalton, José Luis Recuero del Pino y José Manuel García Gutiérrez, condenados a nueve y 10 años de prisión, respectivamente. Según la sentencia, estos dos confidentes hicieron posible el envío desde Bolivia a Lloret de Mar de 30 kilos de cocaína y recibieron en pago un kilo de la droga.
La sentencia sitúa "en el escalón mas alto de esta organización" al comandante José Ramón Pindado, y dice que éste continuó la práctica iniciada por Quintero de premiar a los colaboradores con sustancias estupefacientes. Del sargento Gonzalo Méndez Gutiérrez, -condenado a nueve años- el tribunal dice que "aparece en el organigrama como el hombre de confianza del comandante Pindado".
El tribunal también incluye en la "organización" a los arrepentidos Doroteo Gómez Porras y Vicente Domínguez, -condenados a dos años y cuatro meses- y señala que además de los hechos de la Ucifa, "por su cuenta y riesgo y a espaldas de sus mandos sustrajeron dos kilos de cocaína, de acuerdo con los confidentes Ramón de Temple y Luis Ezquerecocha", este ultimo condenado a 10 años.
El tribunal considera a otros cuatro procesados, no pertenecientes a la Guardia Civil, como no pertenecientes al "grupo organizado", sino como "simples receptores de la sustancia estupefaciente" y "sin asignación de tarea alguna por parte de los integrantes del grupo". Estos son Juan José Garrote y Juan Miguel Rada, condenados a 10 años de cárcel cada uno, y Juan Pallol y Ricardo Fernández Barbudo, condenados a sendas penas de tres años.
Otros dos guardias civiles, Félix Molina James y Antonio López Segura, son condenados a penas menores -un año de prisión y seis meses de suspensión el primero y dos penas de seis meses de suspensión el segundo- por la detención ilegal de otro miembro de la Guardia Civil al que vigilaban por consumo de drogas y al tuvieron detenido varias horas.
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