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Los comunistas retiran su apoyo a Prodi, y dejan al Gobierno italiano al borde de la ruptura

El Partido de Refundación Comunista (PRC), que sostiene al Gobierno minoritario de Romano Prodi, arrojó ayer el guante al Ejecutivo exigiéndole que retire la ley de presupuestos de 1998 que ayer presentó en el Senado, si quiere mantener la mayoría. La amenaza, que difícilmente puede modificar la decisión del Gobierno, ha colocado a Prodi en la antesala de una crisis para la que se barajan ya tres posibles salidas: elecciones anticipadas en noviembre, formación de un Gobierno técnico o, como han señalado los líderes de Refundación, "un milagro".

Semanas de rumores anunciando la llegada de una crisis culminaron, ayer con la decisión del grupo parlamentario de Refundación Comunista de respaldar a la dirección del partido en su negativa a votar la ley de presupuestos. Fausto Bertinotti, secretario general del PRC, había comentado horas antes de reunirse con sus diputados y senadores que concluyó la madrugada del miércoles que "sólo Dios puede salvamos de la crisis". Y está claro que Dios tiene otras ocupaciones en estos momentos. La gravedad de la decisión de Refundación, en un momento crucial para la participación de Italia en el pelotón de cabeza del euro, provocó ayer un coro de condenas, desde los sectores de la izquierda moderada y del centro, tanto los integrantes del Olivo como del Polo.El líder de la oposición, Silvio Berlusconi, requirió urgentemente al primer ministro que comparezca en el Parlamento para explicar y debatir la situación. Fuentes del Gobierno han señalado que el próximo martes Prodi comparecerá ante la Cámara Baja.

Las quejas esenciales que plantea el PRC a la ley presupuestaria se refieren a los recortes en el capítulo de la Seguridad Social (unos cinco billones de liras, en tomo a los 450.000 millones de pesetas) y a la ausencia de medidas concretas para favorecer el empleo. Además, Bertinotti ha reclamado en vano que se incluya en ella una disposición que contemple la reducción de la jornada laboral a las 35 horas semanales de aquí al año 2000. Aunque el Ejecutivo ha incluido una medida de incentivos fiscales por valor de cinco billones de liras, para promover el empleo, Refundación lo considera de todo punto insuficiente.

El primer ministro Prodi visitó ayer al presidente de la República, Oscar Luigi Scalfaro, en el Quirinal y le dio cuenta de las dificultades por las que atraviesa el Gobierno, aunque los analistas políticos no consideraban probable que se hiciera pública la decisión de Scalfaro.

Tranquilidad en el Polo

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La posición del Polo, cuyos dirigentes han criticado también duramente los presupuestos, es en estos momentos de calma. Los aliados menores, como el Centro Cristiano Demócrata, se mostraban partidarios de evitar a toda costa un regreso a las urnas, mientras el propio Berlusconi hacía una vaga referencia a la posibilidad de formar un Gobierno de "programa", basado en medidas técnicas y no en ideologías, y el líder de Alianza Nacional, Gianfranco Fini, se obstinaba en mostrar su escepticismo sobre la realidad de la crisis.

Parece claro que la perspectiva de afrontar unas elecciones anticipadas no gusta a nadie, aunque, según explicaba maliciosamente ayer en el diario La Repubblica, el presidente de Refundación, Armando Cossutta, habría una excepción, la del Partido Democrático de la Izquierda (PDS), la principal fuerza del Olivo, cuyo líder Massimo D'Alema parece partidario de resolver la crisis con una nueva cita en las urnas. Cossuta considera que las elecciones anticipadas son la mejor forma para el PDS de frenar el reagrupamiento de las, fuerzas del centro. El propio primer ministro, que ayer repitió su negativa' a presidir un Gobierno de distinta composición al que le llevó al palacio Chigi en abril del año pasado, parecía en las últimas horas favorecer la alternativa electoral.

El ministro del Tesoro, Carlo Azeglio Ciampi, en el acto de presentación de los presupuestos en el Senado, hizo un llamamiento a la sensatez y apuntó los riesgos de "retroceso" que corre Italia si estalla la crisis. Después de los duros sacrificios afrontados por el país en el último años para estar en Europa, "no completar este camino", dijo Ciampi, sería, precipitamos" en el pasado.

Franco Marini, del Partido Popular Italiano, que integra la coalición del Olivo, intentó vanamente ayer mediar con los líderes de Refundación y hallar una solución de compromiso. La exigencia de Bertinotti de retirada de los presupuestos le parecía, sin embargo, "impracticable".

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