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TEMPORAL EN EL SUR

Dos muertos en Málaga al estrellarse una avioneta debido a una tromba de agua

Dos personas murieron ayer en el término municipal de Málaga al estrellarse la avioneta en la que viajaban. El piloto perdió la visibilidad a causa de una tromba de agua y chocó contra una ladera, a sólo 300 metros de una autovía, cuando buscaba el aeropuerto. De nada sirvió la rápida intervención de los equipos de rescate: Javier Bataller y su hijo perdieron la vida instantáneamente en el amasijo de hierros.

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El siniestro se produjo, hacia las 13.15 horas, a poco más de un kilómetro de las últimas casas de la periferia malagueña y a unos 300 metros de la autovía que conduce a la parte oriental de la provincia, justamente a la altura del falso túnel de San José, en la Ronda Este. El monomotor, un Cessna R172N, quedó con el tren de aterrizaje hacia arriba y no llegó a incen diarse. Había partido del aeródromo de Castellón, con buen tiempo, a las 9.30.Poco antes de la una de la tarde, cuando ya sobrevolaba suelo malagueño, el piloto pidió auxilio a la torre de control del aeropuerto Pablo Ruiz Picasso porque su visibilidad era nula a causa del agua que caía. Durante casi media hora, los controladores se esforzaron en ayudarle a encontrar la pista, pero se desorientó y, en vez de ir hacia el mar como le indicaban, se adentró hacia el Este de la ciudad. Pasadas las 13.10, la torre perdió el contacto con él, "un hombre con muchas horas de vuelo, un experto", según un portavoz de la terminal aérea.

Testigos oculares indicaron que el aparato pretendió aterrizar en un campo de fútbol en las afueras. Las maniobras de emergencia fueron advertidas por una vecina de la barriada de Ciudad Jardín que fue quien puso en alerta a los dispositivos de rescate. "Estaba metido en la tormenta, en plena turbulencia. La visibilidad era horrible y volaba bajo porque estaba intentando tocar tierra", explicó el mencionado portavoz. Al no poder posarse en el rectángulo de juego, volvió a elevarse, pero no cogió la altura suficiente y se estrelló contra una ladera de los montes que rodean Málaga.

Efectivos de los bomberos, policías nacionales, agentes municipales y los servicios de urgencia acudieron de inmediato al lugar de los hechos para intentar ayudar a los ocupantes de la avioneta, pero, a su llegada, sólo pudieron constatar que no había supervivientes. Era de cuatro plazas, pero sólo viajaban en ella dos personas. Junto a los hierros retorcidos y los cuerpos irreconocibles quedaron desparramados algunos juguetes.

El piloto y propietario del monomotor, Javier Bataller, de unos 60 años, residía en la localidad malagueña de Fuengirola. La identidad de su hijo no fue dada en la nota de la Subdelegación del Gobierno en la que se confirmó el fallecimiento de ambos, pero según, Europa Press se llamaba como él.

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Personal del Juzgado de Instrucción número 12 permanecían a última hora de ayer en el sitio del accidente, bajo una lluvia ya más tenue, para proceder al levantamiento de los cadáveres. Se han abierto diligencias para determinar sus causas, pero todo indica que fue como consecuencia de la tormenta.

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