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El 'dossier Lennon' desnuda al FBI

La oficina federal queda en ridículo al revelar los archivos que elaboró tras espiar al 'ex beatle' en los años 70

Es un pacifista y se reúne con opositores a la guerra del Vietnam. No, no se le ha podido vincular con actividades violentas. Bueno, quizá pueda reprochársele que un amigo suyo le está intentando enseñar a su loro "obscenidades" y "consignas rebeldes". No, no parece una razón suficiente para seguir adelante. De acuerdo, mejor cerramos el caso.Así concluyó el FBI su investigación sobre John Lennon en los tiempos del presidente Richard Nixon. Considerado un "peligro potencial para la seguridad de Estados Unidos" por John Edgar Hoover, el paranoico director del FBI, Lennon había sido espiado por agentes federales durante 1971 y 1972.

Las actas de esos trabajos han dormido durante cinco lustros en los archivos de Washington, bajo el calificativo de "alto secreto". Durante los últimos 16 años, Jonathan Wiener, profesor de la Universidad de California y autor del libro Come together: John Lennon in his time, ha batallado legalmente por conseguir los documentos. Lo ha conseguido esta semana, en función de la Ley sobre Libertad de Información. El resultado pone en un espantoso ridículo al FBI.

"Los documentos demuestran que la investigación del FBI siguió un esquema de periodismo amarillo", dice Mark Rosenbaum, de la Unión para las Libertades Civiles Americanas. "Los agentes no tenían nada mejor que hacer que grabar los graznidos de un loro y anotar los rumores sobre un músico de rock que se interesaba por la política".

El FBI actual justifica a Hoover diciendo que su entonces director estaba "muy preocupado" por la posible participación de Lennon en una manifestación de protesta contra la guerra de Vietnam frente a la Convención Republicana de 1972, en la que Nixon fue nombrado candidato de su partido para la reelección presidencial. Pero, según los documentos desclasificados, Lennon aceptó participar en el acto siempre y cuando fuera pacífico y su presencia no fuera anunciada de antemano. Como esas condiciones no fueron satisfechas, el ex Beatle no acudió a la manifestación.

A Hoover le dio igual y ordenó a sus, agentes y a la policía de Nueva,York que intentaran sorprender a Lennon, "ese maldito drogadicto", fumando marihuana. Todos los esfuerzos en esa dirección fueron vanos, según los documentos entregados a Wiener. En aquellas fechas, comienzos de los años setenta, Lennon lidiaba por conseguir un permiso de residencia en EE UU y, concretamente, en Nueva York, la ciudad en la que un admirador enloquecido terminaría matándole en 1980. El músico británico se andaba, pues, con mucho cuidado.

Los descubrimientos de los agentes son grotescos por su banalidad. El del loro es el más fuerte, pero hay otros. Por ejemplo, el 6 de junio de 1972, un agente informa a la superioridad que, según sus fuentes, uno de los activistas contra la guerra del Vietnam "está volviendo a usar el coche de su padre". El día anterior, otro informe da cuenta de que un pacifista "ha estado en su oficina todo el día".

"Se supone que el FBI debe dedicarse a capturar criminales y no a detener a gente que critica al presidente", dice Wiener, de 53 años. "Ahora tenemos la prueba del acoso injusto al que el FBI sometió a Lennon para intentar silenciarlo como una voz del movimiento pacifista".

La resistencia del FBI a entregar los documentos solicita dos por Wiener había hecho pensar que contenían revelaciones más jugosas. El FBI sólo terminó soltándolos después de que el juez Robert Takasugi, de Los Ángeles, le amenazara con abrir un proceso por uso de métodos ilegales durante el seguimiento de Lennon. El FBI ha entregado al profesor californiano 40 documentos -un total de 300 páginas- y le ha pagado los 204.000 dólares de las costas de la larga batalla legal. No obstante, Hoover, desde su tumba, se ha guardado una úl tima carta: el FBI no ha des clasificado aún 10 documentos del dossier Lennon, y en los que ha remitido hay varias tacha duras.

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