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Japón acepta por primera vez apoyar militarmente a las tropas de EE UU desplegadas en Asia

Estados Unidos y Japón alcanzaron ayer en Nueva York un acuerdo de cooperación militar que supone todo un cambio en las estructuras de seguridad de Asia. Japón, según fuentes norteamericanas, aceptó dar "apoyo militar de envergadura" a las Fuerzas Armadas de EE UU en caso de "una crisis en Asia". Ese apoyo, precisaron esas fuentes, será "en la retaguardia", sin implicar la participación de tropas japonesas en misiones de combate.

Los japoneses, según el acuerdo, permitirán el acceso de los buques y aviones de guerra norteamericanos a sus puertos y aeropuertos civiles,y militares; emplearán sus dragaminas en la limpieza de las rutas maritítimas; enviarán soldados a colaborar con los estadounidenses en la evacuación de civiles; proveerán de comida, combustible y piezas de recambio, aunque no de municiones, a las Fuerzas Armadas de EE UU, y enviarán sus aviones a rescatar a pilotos norteamericanos abatidos en el mar.La secretaria de Estado, Madeleine Albrighgt, que dirigió la delegación norteamericana junto con su colega de Defensa, William Cohen, declaró en Nueva York que el acuerdo no debe ser interpretado como una amenaza a un tercer país asiático.

Albright tenía previsto entrevistarse tras la firma del acuerdo con el ministro de Exteriores chino, Quin Quichen, presente en Nueva York con motivo de la Asamblea General de la ONU. No obstante, un portavoz del Gobierno de Pekín ya había declarado que el acuerdo, que formalmente es una reforma del que Washington y Tokio suscribieron en 1978, "trastorna una situación pacífica".

La delegación japonesa estuvo encabezada por los ministros de Exteriores y Defensa, Keizo Obuchi y Fumio Kyuma, respectivamente. Los japoneses precisaron que siguen manteniendo su prohibición constitucional de empleo de fuerzas militares ofensivas, salvo en caso de ataque a su territorio.

Una ley aprobada en 1992 rompió en Japón la prohibición de enviar tropas al extranjero que Tokio se había impuesto desde la 11 Guerra Mundial y que le impidió participar en la operación internacional de 1990 y 1991 contra Irak. Pero, según esa ley, esos envíos sólo son posibles en el caso de participación en operaciones internacionales del mantenimiento de la paz. Soldados japoneses han colaborado desde entonces en Camboya, Mozambique, Zaire y los altos del Golán.Límites constitucionales

Pese a que la aportación japonesa sería esencialmente "de retaguardia", el acuerdo suscrito ayer coloca al país asiático en la situación más próxima al combate desde el final de la II Guerra Mundial. Según sus numerosos opositores en Tokio, bordea los límites de la Constitución pacifista de 1947.

El área geográfica de aplicación del tratado no está definida en el texto. Pero meses atrás fuentes japonesas provocaron la irritación de Pekín al afirmar que el acuerdo que entonces se negociaba implicaría apoyo logístico japonés a las fuerzas norteamericanas si éstas se implican en un conflicto para defender a Taiwan de China.

Unos 47.000 soldados norteamericanos están estacionados en Japón. En 1994 la tensión subió entre los dos aliados cuando los japoneses se negaron a prestar sus puertos y aeropuertos a las tropas norteamericanas que se aprestaban a bloquear Corea del Norte con motivo de la crisis provocada por las acusaciones de que este país buscaba la fabricación de armas nucleares.

El acuerdo provocará un vivo debate parlamentario en Tokio, donde debe traducirse en al menos una veintena de piezas legislativas. Los pacifistas son numerosos en las filas de los partidos liberal y socialista que apoyan al Gobierno.

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