Sexto accidente de un avión militar norteamericano en una semana
Y van seis. Seis accidentes en una semana. Con siete muertos, nueve desaparecidos que probablemente hayan muerto y una decena de heridos. Un dato que da serios motivos de duda sobre la seguridad de la mejor aviación militar del mundo. Un dato al que no pueden sustraerse ni tan siquiera sus propios responsables, habitualmente imbuidos de triunfalismo. El último accidente, en la noche del viernes, fue la caída de un bombardero B-1 en las praderas de Montana. Murieron sus cuatro tripulantes.El pasado miércoles, las luces de alarma se encendieron en el Pentágono ante la, racha de desastres -cinco hasta ese día- sufrida por aviones de guerra. La opinión pública comenzaba a expresar su perplejidad y William Cohen, secretario de Defensa, anunció que el próximo día 26 todos los vuelos militares estadounidenses no relacionados con misiones de máxima seguridad serán suspendidos durante una jornada. Esas 24 horas serán aprovechadas para revisar a fondo todos los procedimientos de seguridad.
La revisión no había tenido lugar en la noche del viernes cuando, en un entrenamiento, un bombardero B-1 de la base de Ellsworth se estrelló en Alzada, en el sureste de Montana. Brian Parker, un hombre que cazaba antílopes, declaró haber visto cómo el avión volaba muy bajo, pero sin arrojar humo, en los instantes previos al choque.
El Pentágono declaró ayer que las causas de la catástrofe eran desconocidas y añadió que el B-1 no llevaba bombas. Los B-1 entraron en funcionamiento en 1985 y son bombarderos rápidos y de larga distancia, capaces de transportar 84 bombas pesadas o un número no precisado de artefactos nucleares. Cada uno cuesta 200 millones de dólares (más de 30.000 millones de pesetas).
Bill Clinton, que acompañaba a su hija Chelsea en sus primeros pasos por la Universidad de Stanford (California), expresó sus condolencias a las familias de las víctimas y añadió que continúa teniendo "alta confianza en la Fuerza Aérea y en todos los servicios militares" de EE UU.
