El desarrollo chino despierta la admiración de los expertos

ENVIADA ESPECIAL La espectacular evolución económica del gigante asiático en los últimos años ha despertado la admiración de los participantes en las reuniones anuales del FMI y el Banco Mundial en Hong Kong, la antigua colonia británica devuelta a China el pasado 1 de julio.

El Banco Mundial presentó ayer un informe sobre China y sus perspectivas de crecimiento hasta el año 2020, en el que se señalan los resultados que ha tenido la transición de una economía planificada a una de mercado, y el cambio de una sociedad rural a una urbana e industrializada.

Entre 1978, fecha en que se pusieron en marcha las primeras reformas económicas, y 1995, la economía china ha crecido a una media anual del 9,4%. Una tasa que triplica el apenas 3% registrado por las economías avanzadas. En esos 17 años, el porcentaje de trabajadores en la agricultura sobre el total cayó del 71% al 50%, una transformación que en países como Japón o Estados Unidos exigió al menos 50 años. La expansión y las reformas también han permitido que cerca de 200 millones de personas abandonen el umbral de la pobreza. El valor de las transacciones comerciales se ha multiplicado por diez y la entrada de inversión directa extranjera ha pasado de 2.300 millones de dólares (345.000 millones de pesetas) en 1983 a 38.000 millones (5,7 billones de pesetas) en 1996.

China es, de hecho, el segundo mayor receptor del mundo de inversión directa extranjera después de Estados Unidos. La pregunta es si el país asiático podrá mantener este ritmo de desarrollo en los próximos 20 años. A pesar de los enormes problemas a los que tiene que hacer frente al Gobierno de Pekín, algunos de ellos producto del espectacular desarrollo de los últimos años, el Banco Mundial apuesta por el éxito del gigante asiático. Entre los retos más inmediatos se señala la reestructuración de las empresas públicas, que siguen teniendo un papel clave en el sector industrial del país aunque la mayoría son ineficientes y la mitad están en pérdidas. Otro sector pendiente de una profunda modernización es el bancario, que tiene poca rentabilidad y escasa solvencia.

El Banco Mundial destaca también la necesidad de desarrollar los mercados de capitales chinos, que tienen poca liquidez y escasa transparencia, además de ser una práctica habitual el uso de información privilegiada en Bolsa.