"Unos 2.000 niños no volvieron a las aulas por problemas en sus centros

El intercambio de acusaciones también fue considerable en Quijorna, donde los 19 muchachos en edad escolar y sus dos maestras tendrán que cambiar de aires. Como quiera que el ratio máximo por aula es de 25 alumnos, las autoridades educativas decidieron, sin más contemplaciones, que el colegio local estaba siendo desaprovechado y que lo mejor era cerrarlo. Así pues, los colegiales tendrán que coger todos los días el autobús y trasladarse a Villanueva de la Cañada, un municipio distante unos cuatro kilómetros.En Móstoles, alrededor de 1.500 estudiantes prolongaron ayer sus vacaciones estivales a la fuerza. Los consejos escolares de los centros públicos Fausto Fraile, Simón de Rojas, Joan Miró y Severo Ochoa decidieron mantener las puertas cerradas hasta que las aulas aparezcan limpias y totalmente arregladas.

En los dos primeros colegios, los trabajos del cambio de calefacción inacabados y unos escombros aún sin recoger "no garantizan la seguridad de los niños", según los miembros de, los consejos escolares. En el caso del Joan Miró y del Severo Ochoa sólo permanece cerrado el pabellón de preescolar, que, según la dirección y los padres de ambos centros, no reúne las mínimas condiciones higiénicas.

El Ayuntamiento de Móstoles señaló que estos dos últimos centros podrán dar clase hoy mismo, en tanto que no entienden las razones del Beato Simón de Rojas, cuyo consejo escolar afirma que los alumnos deberán esperar hasta el día 18 para entrar a clase. "Sólo hay unos tubos sin soldar que no afectan al normal desarrollo de las clases", señalaron los responsables de Educación.

Sólo en el caso del Fausto Fraile, la concejal de Educación, Ángela Álvarez, de IU, reconoció el retraso en la adjudicación de las obras para el cambio de calefacción. Estos trabajos comenzaron el 1 de agosto. "La Comunidad de Madrid no firmó con nosotros la ayuda económica para estas obras hasta empezado el mes de julio", señaló la edil.

El panorama de desajustes se completa con lo sucedido en dos pequeños pueblos serranos, Pinilla del Valle y Canencia, que tampoco se estrenan hasta hoy. El resto de escolares madrileños, hasta 580.000, sí pudo iniciar sus estudios con toda normalidad.

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