El enfermo que mató a otro en el psiquiátrico de Leganés dice al tribunal del jurado que lo hizo "para vengarse"
Antonio Martín Serrano, interno del hospital psiquiátrico José Germain de Leganés, aseguró ayer al tribunal que le juzga que mató en febrero de 1996 a su compañero de internado José Manuel Ramos "por venganza".Martín Serrano (para quien el fiscal reclama 15 años de cárcel o, alternativamente, su ingreso durante 20 años en un centro psiquiátrico cerrado) confesó que Ramos le había propinado un cabezazo tras negarse él a darle un cigarro. "Yo no quería matarle, pero si no lo hago, lo mismo es él quien me mata a mí", declaró el agresor, que sufre un grave trastorno mental desde hace 30 años. Tras recibir el cabezazo, Martín Serrano salió del psiquiátrico, compró un cuchillo en una ferretería y, nada más regresar, apuñaló en el pecho a Ramos. El juicio contra Martín se inició ayer en la Sección, 16 de la Audiencia de Madrid. Un jurado popular (integrado por cinco mujeres y cuatro hombres) se pronunciará sobre el caso.
El jurado deberá decidir si el acusado era responsable de sus actos cuando cometió el crimen. El fiscal sostiene que el acusado. actuó con alevosía, pues mató con un cuchillo a su víctima cuando ésta se hallaba sentada y cabizbaja en un sofá, sin ni siquiera darle la menor oportunidad de defensa. Otra cuestión que deberá decidir la Audiencia es si la Comunidad de Madrid, como titular de ese centro, debe responder de la indemnización de 20 millones que reclama la familia del fallecido. El fiscal avanzó ayer que no. En su opinión, la familia del fallecido no es parte perjudicada por esta muerte. Según el acusador público, la víctima se hallaba en una situación de total "abandono" desde hacía muchos años.
Íñigo Garcés, el enfermero a quien el acusado entregó el arma tras cometer el crimen, señaló ayer al tribunal, que preside el magistrado Miguel Hidalgo, que el acusado era una persona tranquila, y que nunca pensó que pudiese reaccionar así ante la agresión que momentos antes había sufrido por parte de la víctima.
Eduardo Balbó, jefe del área de rehabilitación del psiquiátrico de Leganés, destacó ante el tribunal la frialdad con que actuó el acusado tras el crimen. Aseguró que en el momento de apuñalar en el pecho a Ramos Cabrera estaba lúcido y era consciente de sus actos. Matizó también que, si el acusado hubiese sufrido una alteración mental grave justo en el momento de cometer el crimen, no habría actuado con la serenidad que demostró luego ni habría relatado los hechos con tanto detalle como lo hizo.
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