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Clinton pierde la batalla frente a Hehms y retira a su candidato para México

Ganó Jesse Helms. El septuagenario y ultraconservador senador republicano por Carolina del Norte consiguió ayer lo que quería: que William Weld arrojara la toalla y renunciara a su candidatura para la Embajada de Estados Unidos en México.En un solo asalto, su oposición a que Weld pasara el preceptivo examen en el Senado, Helms ha puesto fuera de combate al republicano aspirante a embajador y le ha partido la ceja al presidente demócrata Bill Clinton. Helms acusó a Weld de ser demasiado "blando" con respecto a la droga.

Vuelve a quedar claro: la Casa Blanca no puede hacer política exterior sin contar con el Senado y, en particular, con Helms, promotor, entre otras duras iniciativas nacionalistas, de la ley Helms-Burton, que castiga a los particulares y empresarios de cualquier país que hagan negocios con propiedades norteamericanas en la Cuba castrista.Desde el pasado abril, Helms impedía que el Comité de Exteriores del Senado que él preside le concediera a Weld, candidato de Clinton para la Embajada en México, la preceptiva audiencia pública. Y sin ese trámite, y la consiguiente aprobación, el Ejecutivo norteamericano no puede solicitar el plácet para ningún embajador.

Weld, que renunció a su cargo de gobernador republicano por Massachussets y comenzó a aprender castellano cuando Clinton le propuso la Embajada estadounidense más importante de América Latina, es culpable, según Helms, de ser "blando" en materia de drogas. Y ello porque una vez se declaró partidario de la legalización para uso médico de la marihuana.

Weld se dio ayer por vencido y, "avergonzado" por el comportamiento de su correligionario Helms, retiró públicamente su candidatura. A Clinton le queda: el magro consuelo de haber acentuado con esta batalla perdida las divisiones en el seno del partido del elefante.

En muchos sentidos, el caso de Weld representa más una batalla interna dentro del Partido Republicano que una derrota para el presidente Clinton, quien buscó con su nombramiento lograr un consenso bipartidista en las relaciones con el vecino del sur.

Weld es un exponente de la rama moderada del republicanismo norteamericano, mientras que Helms es uno de los representantes más conocidos de la derecha dura.

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