Concedido el régimen abierto a cuatro reclusos de ETA
Instituciones Penitenciarias ha concedido el tercer grado o régimen abierto a cuatro presos de ETA. La medida, de acuerdo con el criterio de tratamiento individualizado marcada por Interior y concretada justamente en vísperas de la reunión de hoy del Pacto de Ajuria Enea, beneficia a Jesús Aguinagalde Galarraga, José Antonio Carrasco Alba, Pablo Gómez Ces y Luis Gorriti Pagola. Todos ellos se han desvinculado de la banda y los tres últimos incluso condenaron públicamente el asesinato del concejal Miguel Ángel Blanco.
Jesús Aguinagalde permanecía desde abril de 1996 en la prisión alavesa de Nanclares de Oca para cumplir una condena de tres años por secuestro. José Antonio Carrasco se hallaba en la de Córdoba desde febrero de 1987 tras ser penado con 30 años por el asesinato de un guardia civil en Lasarte (Guipúzcoa) en 1985. Pablo Gómez ingresó en presidio en agosto de 1989 con una pena de 61 años por su intervención en 1983 en un atentado en San Sebastián que le costó la vida a un policía y estaba en Soto del Real (Madrid). A su vez, Luis Gorriti se encontraba también, desde junio de 1994, en Nanclares condenado a 38 años por dar cobertura entre 1989 y 1991 al comando Donostia.
Instituciones Penitenciarias explicó que a los cuatro se les ha concedido el tercer grado "tras constatar su evolución positiva, el abandono de los planteamientos que les llevaron a delinquir y el rechazo a los postulados y las estrategias de ETA". "Estos elementos", se agrega, "son fundamentales en este tipo de delitos para que el recluso vuelva a la sociedad con capacidad y voluntad de respetar la ley penal, tal como señala la legislación". El régimen abierto les permitirá ahora salir a diario de la cárcel para trabajar -Víctimas del Terrorismo anunció que pedirá que se les embarguen los sueldos- y, aunque deban dormir cada noche en alguno de los Centros de Inserción Social (CIS), también disfrutarán de permisos de fin de semana y de facilidades para obtener otros mayores.
El secuestro y asesinato de Miguel Angel Blanco, en julio, generó un aluvión de críticas condenatorias a ETA por parte de reclusos de la banda. Hasta diez le pidieron públicamente un alto el fuego sin condiciones. Tres fueron Carrasco, Gómez y Gorriti.
Carrasco, que hasta hizo una huelga de hambre para protestar por la muerte de Blanco, reivindicó "el derecho a la vida" frente a la actitud violenta de ETA. Gómez emitió un comunicado en el que pedía a esta organización criminal que "escuche al pueblo al que dice defender y entregue las armas". Por último, Gorriti también firmó junto a otro compañero, Luis Gastón Arrieta, un escrito en ese sentido y, más tarde, acompañó a Gastón y al arrepentido Juan Manuel Soares Gamboa en una comparecencia pública para insistir en ello.
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