Antorchas en el agua
100 nadadores acompañan a la virgen de Fuentidueña en su procesión fluvial
Padre e hijo, Juan Domingo, de 45 años, y Gustavo, de 14, acudieron ayer a su cita con el río, en el puente nuevo. Como miembros de la peña El Tope, ambos estaban encargados de abrir paso a la Virgen de la Alarilla, la patrona de Fuentidueña, cuando desciende cada año por el Tajo en la única procesión fluvial de la región. Son 16, y hace 16 años se les ocurrió incorporar una novedad a esta romería: bajar nadando con un brazo y sujetando con el otro una antorcha encendida.La noche era cálida y un centenar de hombres y mujeres en bañador se agolpaban junto a las junqueras prestos para tirarse al agua cuando el cura embarcase a su patrona en la balsa. Una superficie formada con bidones e iluminada con, 1.200 bombillas.
Cuando llegó el virgen-móvil, como los de El Tope llaman a la furgoneta que transporta la imagen de la Alarilla, Juan y Gustavo levantaron sus teas encendidas para formar, un pasillo de fuego a la patrona mientras el resto de nadadores la vitoreaba.
Dos kilómetros de aguas turbias más abajo, los aplausos de varios millares de espectadores alineados en las orillas y un bombardeo de fuegos artificiales recibieron a los 100 exhaustos nadadores. Una toalla, un jersey, y al pueblo a continuar la fiesta. Hasta el amanecer.