Dos países, tres 'tribus'
Bosnia-Herzegovina, país reconocido internacionalmente desde 1992, está, de hecho, dividido en dos mitades: la Federación croato-musulmana y la Republika Srpska (RS). Son el producto de las fronteras creadas por la guerra de 1992-1995. La RS es casi étnicamente pura: sólo viven serbios y los escasos refugiados que se han atrevido a regresar a sus casas o los que no las dejaron. La Federación es una imposición política de EE UU; la conforman los croatas y los musulmanes, que desde abril de 1993 a febrero de 1994 sostuvieron una guerra paralela dentro de la lucha de ambos contra los serbios.Los ultranacionalistas croatas (herzegovinos que controlan las mafias) rechazan la convivencia con los musulmanes. Mostar (capital de Herzegovina) es un ejemplo. Tras dos años de ausencia de guerra, es una ciudad dividida por un muro de Berlín de odio. Un fracaso de esta Federación fraccionaría Bosnia-Herzegovina en tres mitades étnicas, dejando a los musulmanes encerrados en un gueto sin salida (económica) al mar. Sería un incentivo para una nueva guerra.
Los nacionalistas serbios del partido de Radovan Karadzic y los croatas del HDZ están dirigidos desde Belgrado (madre Serbia) y Zagreb (madre Croacia), respectivamente. O lo que es lo mismo, por Slobodan Milosevic y Franjo Tudjman. El anhelo último de Serbia y Croacia es apropiarse de las zonas de Bosnia en las que habitan sus hijos. Los acuerdos de Dayton tratan de evitar la partición de la antigua república yugoslava.
La RS está sometida también a una gran convulsión. El partido de Karadzic (él, personalmente, está proscrito) domina la escena. Su centro de agitación es Pale (una estación de esquí a 16 kilómetros de Sarajevo). Son el partido de la guerra. Rechazan los acuerdos de paz. Su rival, la presidenta Biljana Plavsic -el caballo de Troya de la OTAN, ahora moderada y ayer adlátare de Karadzic, apuesta por los acuerdos de Dayton. Su feudo es la universitaria Banja Luka (norte). Esta ciudad estuvo a punto de ser tomada por croatas y musulmanes en el verano de 1995. Su percepción del peligro de la guerra es muy diferente a Pale. Banja Luka depende de la paz para comerciar con la industrial Tuzla (musulmana) y Croacia.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.