La osadía del terrorista devoto
La seguridad ante la celebración hoy del funeral de la Madre Teresa en Calcuta hace aguas. Se temía, y hoy, horas antes del comienzo de la ceremonia, ya se sabía. Ejército, policía, políticos y burócratas de la Administración india y bengalí se han enzarzado en una lucha en la que todos se disputan la última palabra y el prestigio. Y sin embargo parece claro que entre ellos sólo habrá perdedores.Lo demostró el jueves Shabir Shah, líder de una de las bandas separatistas de Cachemira, uno de los terroristas más buscados de la India. Shabir Shah debe ser un gran devoto de la madre Teresa porque decidió hace días entrar en la boca del lobo para homenajear, corno un ciudadano más, a la monja católica que en siete décadas de trabajo con los miserables se erigió en personaje idolatrado por los indios de todas las religiones.
Shablir Shah bajó de las montañas en los últimos días, sin avisar a nadie. Y tuvo la sangre fría de ponerse en la cola vigilada por una policía y un Ejército que lo persiguen como una de sus presas más preciadas. Horas estuvo allí, entre la multitud y las tropas que le persiguen desde hace más de una década.
A la una del mediodía logró entrar en la capilla ardiente, rendir homenaje a la madre Teresa y salir de la iglesia de Santo Tomás y del centro de Calcuta tomado por la policía y el Ejército, antes de que se diera la voz de alarma. Cuando las fuerzas de seguridad tuvieron noticia de la osadía de Shah, éste había desaparecido ya. Había homenajeado a la madre Teresa y había dejado en ridículo a las fuerzas de seguridad indias. Desde luego, una pobre aportación de las autoridades al reforzamiento de la percepción de seguridad ante la gran ceremonia de hoy.
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