Aviso a las "fuerzas extranjeras" que interfieren en el diálogo con Taiwan
El inicio de negociaciones sobre el futuro de la reunificación de la isla de Taiwan al continente no parece, de momento, tener una fecha próxima. Las manifestaciones de ayer del líder comunista chino, Jiang Zemin, sobre la considerada por Pekín "provincia rebelde" no ofrecieron ninguna novedad sobre el contencioso y fueron recibidas con frialdad al otro lado del estrecho de Formosa. El secretario general del Partido Comunista Chino (PCCh) reiteró la voluntad de comenzar conversaciones sobre la base del concepto "un país, dos sistemas": el modelo que propugnó Deng Xiaoping para Hong Kong, entregado por los británicos el pasado 1 de julio, y también para Macao, la minúscula colonia portuguesa que será devuelta por Lisboa al término de 1999.Jiang recordó que la República Popular se opone a la independencia de la isla, así como a cualquier intento por parte de "fuerzas extranjeras" de crear un clima en favor de "dos Chinas" o "una China y un Taiwan". "Trabajaremos en pro de la reunificación pacífica, pero no nos comprometemos a renunciar al uso de la fuerza", advirtió. El aviso, dijo, "no va dirigido a nuestros compatriotas de Taiwan, sino contra los planes de fuerzas extranjeras para interferir en la reunificación".
Jiang Zemin no hizo mención al viaje oficial que el presidente taiwanés, Lee Teng Hui, realiza oficialmente en estos momentos por los países centroamericanos que mantienen relaciones diplomáticas con la isla. Otro viaje, no oficial, que hizo Lee a Estados Unidos causó hace dos años una gravísima crisis entre los dos Gobiernos que estuvo a punto de desembocar en un enfrentamiento militar y llevó a los norteamericanos a desplazar a varias de sus unidades navales hasta el estrecho de Formosa.
Desaires de Taipei
El secretario general del PCCh no quiso ayer calentarse la boca con los últimos desaires taiwaneses al optimismo de Pekín sobre un retorno no lejano de Taipei a la "madre patria" una vez completada la retrocesión de Hong Kong. El Gobierno de la antigua colonia británica, con el natural consentimiento de la República Popular, ha permitido que la representación taiwanesa oficiosa que existía durante los tiempos del colonialismo británico continúe desarrollando sus actividades en la región autónoma.
Sin embargo, en Taipei, donde el próximo año se celebran elecciones que pueden suponer por vez primera la pérdida de la mayoría parlamentaria al gobernante Kuomintang y el ascenso de los nacionalistas del Partido Democrático, las afirmaciones de Jiang Zemin fueron recibidas con frialdad. "La propuesta de la celebración de conversaciones sobre la reunificación no es razonable", manifestó el nuevo primer ministro de la isla, Vincent Siew, mientras China siga regida por un solo partido. "Sólo será factible entablar conversaciones sustanciales cuando las dos partes estén gobernadas en democracia", agregó.
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