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González augura una tercera transición para liberar a España de "esta democracia cautiva"

Anabel Díez

El ex presidente del Gobierno Felipe González se despojó ayer voluntariamente de todos sus cargos al renunciar a la presidencia del Grupo Parlamentario Socialista, a cuya reunión asistió como un diputado más para dar conformidad a que Juan Manuel Eguiagaray ocupe la portavocía del Congreso y sucesor en la secretaría general del PSOE, Joaquín Almunia, recibiera la presidencia de1 grupo. En su calidad de parlamentario, González tomó la palabra para trazar un cuadro muy sombrío de la labor del Gobierno. "Cuando los socialistas recuperemos la mayoría, tendremos que hacer la tercera transición para salir de esta democracia cautiva", aseguran asistentes a la reunión que dijo González.

Felipe González pidió prudencia para que no saliera fuera de la sala del Congreso sus críticas al Gobierno por "la falta de estrategia en materia antiterrorista"."¡Eh, que estoy vivo!", dijo el ex presidente del Gobierno a sus compañeros antes de comenzar una intervención política una vez que hubo encontrado sitio. González llegó a la reunión convoca da para diputados, senadores y eurodiputados con cierto retraso por lo que casi todos los asientos estaban ocupados. Al reparar en ello algunos parlamentarios hubo un movimiento rápido de diputados y senadores para dejar su puesto al que fuera durante 20 años su secretario general. González les decía que no, que no, que no se levantaran, que él se sentaba en la última fila. En el forcejeo intervino Joaquín Almunia risueño: "A ver si no hay un sitio para Felipe".

Ya menos en broma, Felipe González tomó la palabra después de que lo hicieran otros cinco parlamentarios y tras la intervención inicial de Joaquín Almunia. El ex presidente del Gobierno tomó el hilo conductor de su sucesor para jalonar las áreas en las que el PSOE debía centrar su oposición, a decir de Almunia.

González ironizó sobre las palabras del presidente del Gobierno, José María Aznar, respecto a que él mismo y su partido están protagonizando la segunda transición en España. El líder socialista considera que el tiempo les va a dar la razón y que ello llevará a lo siguiente: "Cuando nosotros recuperemos la mayoría tendremos que hacer la tercera transición para salir de esta democracia cautiva", aseguran que dijo González.

Gobierno sin principios

A juicio de González, este Gobierno "carece de principios" y su única obsesión es mantenerse en el poder. "Tengo que decir que no creen en la democracia, por lo que no es sorprendente el fervor que demuestran por Cánovas". Cuentan distintos parlamentarios que González hizo un paralelismo entre el que fuera primer presidente del Consejo de Ministros de Alfonso XII y el propio Aznar.

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También sacó a colación a otro personaje del siglo pasado que pervivió hasta la República: Alvaro de Figueroa, conde de Romanones. "Las prácticas caciquiles del que fuera jefe del Partido Liberal se dan ahora con Aznar. Éste también tiene su Romanones y aunque no compra votos directamente busca nuevos clientelismos en círculos mediáticos y empresariales", se atribuye a González.

Tanto el ex secretario general del PSOE como posteriormente Joaquín Almunia bajaron el tono para criticar al Gobierno por algunas de sus actitudes en torno al terrorismo.

González partió del hecho de que nunca criticaría al Gobierno públicamente, pero consideraba que podía expresarse en el ámbito interno del grupo. Pues bien, el ex secretario general de los socialistas afirmó que el Gobierno de Aznar carece de estrategia antiterrorista y, además, utiliza el dolor por los asesinatos de una manera un tanto partidista.

Hizo sonreír a sus compañeros parlamentarios cuando aseguró haber escuchado en una emisora de radio que el director general de la Policía, Juan Cotino, apelaba a la oración como una vía para conseguir que ETA dejara de matar. A González no le parece demasiado eficaz que desde el Gobierno se apele a la oración para afrontar este asunto.

Antes que González pidieron la palabra los parlamentarios Antonio García Santesmases, Luis Yáñez, Carlos Príncipe, Fernando Gimeno y Demetrio Madrid.

La política social, exterior, de privatizaciones y todo lo que se refiere al conflicto sobre las plataformas digitales constituyeron los argumentos de los cinco oradores.

García Santesmases hizo una intervención ideológica en la que pretendió abrir el debate sobre cómo el PSOE puede establecer diferencias nítidas con la derecha. A su juicio, su partido debe insertarse -junto a franceses, británicos y portugueses- con gobiernos de izquierda en el debate sobre la Europa social.

Los socialistas también eligieron por unanimidad la dirección de su grupo parlamentario en el Senado, que seguirá teniendo como portavoz a Juan José Laborda y estará integrada por Ramón Aleu, como secretario general, y Javier Rojo, como secretario adjunto.

Elia María Blanco y Mercedes Pérez dejan la dirección del grupo y son sustituidas como secretarias adjuntas por Francisca Pleguezuelos y María Antonia Martínez.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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