_
_
_
_

La rampa mecánica donde se hirió un niño carecía del salvacabezas exigido

La rampa mecánica del hipermercado Alcampo, en La Vaguada, donde resultó herido de gravedad Eduardo G., de 10 años, carecía del salvacabezas exigido para este tipo de instalaciones. Así lo establecen las normas europeas de construcción, según la patronal. El niño estaba anoche en la UCI de La Paz. Su cara quedó encajada, el pasado lunes, entre el pasamanos de una escalera mecánica (sobre el que iba inclinado) y el techo. Alcampo colocó ayer los protectores, según confirmó la empresa.

Más información
Escaleras sin inspección

En el momento del accidente, a las 12.40, Eduardo iba acompañado de su abuelo Juan, de 72 años. Habían entrado en el hipermercado después de comprar los libros de texto en otra tienda de La Vaguada. Eduardo estudia quinto curso en el colegio Mirasierra. Para subir al primer piso de Alcampo montaron en una rampa mecánica que no tiene escalones para ser accesible a los carritos de la compra.Eduardo se asomó encima del pasamanos para mirar al suelo de la planta de abajo."Se despistó", relató el abuelo. Por ello, no advirtió que se acababa la cinta mecánica y que al final de la escalera estaba el techo. Su cabeza se aproximó peligrosamente hacia ese ángulo muerto de la pared. La rampa ascendía a 0,56 metros por segundo.

Al llegar a la final de la rampa, la cabeza de Eduardo se encajó entre el pasamanos y el techo. El abuelo, recuerda aterrado el impacto. "No podía sacar la cabeza, el niño no paraba de gritar y gritar. Me asusté mucho porque tenía una brecha en la cara por donde sangraba mucho. La escalera seguía moviéndose. Pasamos unos instantes muy malos".

Una cajera paró la rampa. Entre el abuelo, un amigo y un vigilante jurado sacaron la cabeza de Eduardo. Un médico que estaba comprando en el supermercado auxilió en primer lugar al niño.

Operado durante dos horas

Juan estaba muy asustado. "Veía a mi nieto muy mal, tenía la cara rajada, pero al menos le notaba que estaba algo consciente". Los médicos del Samur le trasladaron al hospital de La Paz. Eduardo fue operado durante dos horas en la cara. También sufrió un severo traumatismo craneoencefálico. Ayer tarde seguía ingresado en la UCI de la tercera planta del centro sanitario.

El abuelo continuaba ayer sobresaltado. "Sigo muy mal aunque al menos he podido ver a mi nieto y escuchar de sus labios que me decía abuelo". Juan pasó por el mal trago de tener que avisar a su hija, empleada de Airtel, y a su yerno, que trabaja en un banco.

Juan espera que el hipermercado Alcampo coloque en el lugar del accidente algo para que no vuelva a pasar un accidente similar. "Espero que no se repita, pero desde luego habría que hacer algo porque además la escalera siguió en marcha durante unos segundos", añadió. En efecto, Alcampo instaló ayer mismo unos salvacabezas de plástico al final de sus escaleras mecánicas, según confirmó la empresa.

Para el funcionamiento de las escalera mecánicas y rampas móviles existe una normativa europea, la EN- 114. En uno de sus capítulos señala "que hay que poner salvacabezas que impidan cualquier accidente entre órganos móviles de la escalera (personas) y elementos fijos (paredes, mamparas, techos)".

Alcampo ignoraba ayer la existencia de una normativa europea para la construcción e instalación de las escaleras mecánicas y rampas móviles. Su departamento de producción y montaje añadió también que desconocía la existencia de la obligatoriedad de los salvacabezas para evitar accidentes.

La patronal pide revisiones

La Asociación de Ascensoritas, a la que pertenecen las empresas de escaleras mecánicas, se lamentó ayer de que, a diferencia de los ascensores, las rampas y escaleras mecánicas no pasen una revisión técnica periódica de la Dirección General de Industria de la Comunidad de Madrid. "Vamos a tener que plantearnos modificar los reglamentos del sector", anunció un portavoz de la patronal.

El accidente de Eduardo es el segundo que sufre un niño en una escalera mecánica: un pequeño de dos años se amputó el pasado domingo la falange de un dedo del pie en una escalera mecánica del metro de la Plaza de España.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_